El domingo vamos a la misa
 
Diego Luján Sartori

El Domingo vamos a la misa
a pesar que en las primeras filas
junto a los poderosos y a los ricos
se sienta Doña Hipocresía.
 
Vamos a la misa, como fieles creyentes
no dejemos que nos venza la pereza
a pesar que Hambre nunca asiste
siempre de la iglesia, está afuera.
 
No dejemos de escuchar la palabra
ni de compartir la comunión
el párroco nunca visita nuestra casa
pero esto, no nos quita la obligación.
 
Vayamos el Domingo a la misa
a pesar que se reúnen cerca del bautisterio
como viejos y  buenos compañeros
la lujuria, el perjurio y el adulterio.
 
El domingo vamos a la misa
a pesar que están allí los políticos
recemos también por ellos
y por nuestro propio destino.
 
Como faltar a la cita de la semana
si hay quienes solo creen en su dinero
para colmo comparte su mesa
el cura, como buen compañero.
 
No faltemos a la obligación de ir a rezar
no importa si asisten piadosas
las almas mezquinas de dar amor
y las eternas comadres chismosas.
 
El domingo vayamos a la misa
aunque jamás sean de la Comisión
pobres, negros o villeros
que para ricos recoletos tales lugares son.
 
Vayamos a la misa aunque
el cura tenga novia o sea beodo
que el pobre hombre al fin
es humano también, igual que todos.
 
Y de los muchos pecados que tengo
en el libro que en el Cielo se registra
no podrán los ángeles anotarme
jamás el pecado de hipocresía.
 
El Domingo a pesar de todo y de todos
iré a misa convencido y nunca ingenuo
a lavar mis pecados, a tirar mis sombras
en las luces del  Evangelio.
 
El entorno no importa si nosotros
interiormente, logramos ver la luz
que ilumine a nuestras almas
y en comunidad compartir a Jesús.