Conversaciones entre dos escritores en un caf
Publicado en Jul 28, 2011
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Se hallaba ensimismado en la lectura, cuando sintió el carraspeo que deseaba llamar su atención. Levantó la vista sobre sus lentes algo contrariado por ser interrumpido, y se encontró con la sonrisa de Cristóbal un colega de letras a quien no veía en años.
 
Los amigos se abrazaron con grandilocuencia, atrayendo la mirada de las otras mesas. El recién llegado parecía ser un hombre de mundo cercano a los 50 años, elegantemente vestido de sport, que se sentó en la mesa con la postura de a quien la vida le sonríe, dejando en la silla contigua su fino maletín de cuero. En tanto el otro parecía un setentón bien conservado, que lucía una barba y pelo platinado bajo una boina, usaba una bufanda al cuello y aunque vestía sport, se diría que a su ropa le hacía falta un cambio. Este último tenía el aspecto de ser un profesor universitario retirado, pero que conservaba la pasión por el estudio. Lo cierto es que ambos personajes, se tildaban de ser buenos escritores, a pesar que el mayor no contaba más que con múltiples manuscritos apilados en su escritorio sin publicar y el otro que a falta de contar con el apoyo de una editorial se había dedicado a escribir en blogs y sitios de la web para escritores amateurs.
 
Con las piernas estiradas y su cuerpo apoyado en la espalda, Cristóbal comentaba - …imagínate yo todos los días estoy subiendo mis publicaciones a la red, y me lee una infinidad de gentes, de todas partes…es que esta cuestión de Internet es fantástica, y eso que empecé recién el año pasado y ¿tú por qué no te animas a hacerte tu blogs y publicar tus cosas?
No viejo, a mi me pilló el modernismo, apenas se usar el Word. “éste pelotudo creerá que escribir todos los días lo convierte en escritor” pensaba Tobías al tiempo que sorbía su café.  
Es que debieras modernizarte, para salir a la globalización. Imagínate que yo tengo seguidores eslavos, cubanos, hasta suizos entre otros. “le estoy hablando en chino a éste viejo que se quedó en la máquina de escribir y en sacar copias a roneo” se decía Cristóbal, no alejando esa sonrisa socarrona de su rostro.
Humm- exclamó Tobías mirando su libro, como esperanzado retomar pronto la lectura.
 
Quien los observara diría por la gesticulación de sus rostros y manos, que el tema de su conversación era interesantísimo y profundo. Luego de unos largos veinte minutos para el veterano, Cristóbal se paró y se despidió conservando el modo aparatoso que le caracterizaba.
 
A los pocos pasos de alejarse, sin mirar atrás, se dijo para sí. “Éste viejo se quedó en el pasado, se va a morir creyendo que será un buen escritor, soñando que su obra será descubierta por mentes celebres aunque sea en sus postrimerías o en forma póstuma. No sabe que su hija, lo primero que va a hacer será botarle todos sus mamotretos de papeles, cuando se muera y hasta ahí van a llegar sus sueños de escritor…”
 
Tobías tratando de retomar la lectura, con la incomodidad aún en el cuerpo que le había causado la presencia de Cristóbal pensaba “que se creerá éste pedante con su retórica barata que a mí me va a venir a convencer con éste tema de la globalización cuando no ha publicado nunca nada en un medio importante, y además no tiene estudios…quizás quien lo lee, ¡si escribe tan mal!
 
Levantó la vista para buscar la figura de su amigo, pero esta se había confundido entre la multitud. Tras cinco minutos, pagó el café y se retiró con paso cancino de regreso a su departamento a unas pocas cuadras de allí. Observó su figura en una vitrina simulando estar interesado en las cosas que ahí vendían, mientras su mente divagaba y se repetía una y otra vez ¡Yo merezco ser publicado, no ese patán de cuarta categoría!
 
La muchacha que limpiaba las mesas en el café, molesta pensaba “estos viejos pedantes dados de intelectuales son los peores, el vejete estuvo más de una hora, pidió un cortado y no dejó propina y el otro, se tomó el agüita de su amigo y no consumió nada.
 
A la distancia Tobías, con los brazos tras su espalda y su andar cancino, seguía rumiando y se perdía entre la multitud que lo ignoraba.                                   
                                  
                                                  
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

Nunca se sabe lo que realmente piensan....

Palabras Clave: Escritor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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