Soy un cuerpo de agua
Que tiembla, que descrece.
que inevitablemente me evaporo,
al  compás de la democracia
que moja, ligeramente, mis ansias.
soy un promontorio terruno,
en que, los derechos, no son más que
Corales, inmisericordemente
Desterrados  de las profundidades.
Debido al grito que explota
en sus ramas y en su pecho.
No tengo paz, ni la pretendo.
más, muero dormida…
Como quien espera
El final del desafuero;
Sin quitar de su cabeza,
la mentira,
ni el sombrero.
 
Miles de moscas y gusanos,
se disputan mi despojos.
Sin avergonzarse del descaro
Que les cala hasta los huesos.
Desfallezco...
Y mis ojos cerrados:
¡Culpables son del tropiezo!
Mis manos calladas:
¡Culpables son del tropiezo!
Mis gritos  anestesiados:
¡Culpables son del tropiezo!
Mis pies dubitativos:
¡Culpables son del tropiezo!
y hasta mis labios,cansados
 por  habituarse al silencio:
¡¡culpables son del tropiezo!!
 
Sera por eso que
Muero dormida,
Como el que espera
el final del desafuero,
sin quitar de su cabeza,
la mentira…
ni el sombrero.
 
¡Traigo, en  mis espumas,
La gran mancha
De conductas corrompidas,
Temerosas de la parca,
Temerosas de la vida.
Acodadas a la corriente
de un río de metales corroídos.
como  barquitos que naufragan
sin horizonte,perdidos.
¿sabran mis espacios,moribundos
como escapar de la nada
que va minando mi alma;
que subyuga nuestras arcas?
¿Como conjurar la apatia
de las masas y su ignorar
tan profundo?
 
¿Morire dormida,
esperando aqui el final
de nuestro vil desafuero,
sin quitar de mi cabeza
la mentira,
ni el sombrero?