VENUS
Publicado en Jul 03, 2009
VENUS
Oh, diosa del amor y la belleza: Engalanas el espacio con tu brillante luz, casi tanto como el Sol y nuestra Luna. Igual que toda mujer bella, eres contradictoria y enigmática, para tormento de los hombres que habitamos esta Tierra. Pese a todo, te adoramos con devoción sin límite, cuando comienza la noche o se acerca el amanecer. Siempre cubierta con espesos velos nos niegas los encantos de tu faz, de manera despectiva y cruel. Eres misteriosa como todas, mientras giras contrariamente a tu movimiento de traslación; y no comprendo por qué te gusta hacerlo al revés. Tu aliento forma la atmósfera más densa de los planetas internos, quizás para intoxicarnos o evitar la violación de tus dominios. Como eres tan absorbente ejerces mayor presión de la que existe en la Tierra; pero no te vanaglories, que nunca complaceremos tus devaneos astronómicos. En tus entrañas arde el fuego de la pasión amorosa, y no vengas a decirnos que es el efecto invernadero lo que atenaza tu cuerpo. Sabemos que tus partes íntimas tienen temperaturas superiores a cuatrocientos grados centígrados, algo seguro y suficiente para incinerar mil amantes. De pronto en algunos casos seas igual a nuestra Tierra, pero nos cuesta creer que no tengas campo magnético, al ver tu comportamiento igual al de una aspiradora inmensa. Tus grutas abrasadoras y protuberancias eróticas son como los accidentes de nuestro fértil planeta. Misiones de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética han llegado a tu superficie por curiosidad científica, pues bien sabemos acá que, como toda mujer, eres impredecible y mitómana, debiendo ser cautelosos con tus poses femeninas en las cavidades cósmicas.
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