MERCURIO
 
Tan caliente y sin atmósfera,
con ese rostro lleno de cicatrices
como picado de viruela.
 
Eres un pobre huérfano,
pero estás cerca del amo
que vigila tus movimientos
y cambios de temperatura
con sus leyes paternales.
 
Aunque difícil de observar
sabemos de tus muchas gracias
pese a tu tamaño reducido,
inferior al de Ganímedes
y un poco más el de la Luna.
 
No obstante esas limitaciones,
hemos intentado visitarte,
por ejemplo con el Mariner 10
que pudo fotografíarte
cuando orbitada orgulloso
alrededor del Astro Rey.
 
Pero, quédate tranquilo
que la NASA no te olvida:
Enviará más mensajeros
para conversar contigo
y preguntarte muchas cosas,
si antes no nos destruimos
con nuestros propios inventos,
en esta carrera insensata
que conduce a los infiernos.