Hay un tigre que pelea día a día
por nosotros,
nos inspira sin saberlo
cuando apenas la mañana
se abre en vida,
cuando toda esa rutina
pasa desapercibida
y olvidamos al pasar
agradecer.
Cuando huele la derrota
ese tigre se agiganta,
se apasiona con sus garras
por un mundo tan injusto
y germina corazón
vencedor de mil batallas.
Una luz en la tormenta,
faro que nos guía en esta
travesía de velas rotas,
con la osadía del poderoso
y una valía que deja huella.
¿ Que sabemos del destino,
de su mano invisible escribiendo
el futuro?: Sabemos que nos
toca para bien o mal aprender
un camino, un amor, una verdad.
Ese tigre vulnerable somos todos,
empujón de fe encendida,
bendiciones y caricias
para el alma y la piel,
sin retroceder que el abismo
es solo un susto
y el mañana un horizonte
para pelear y vencer.
                                             A Nestor Zalazar