CUADRAGÉSIMO YO
 
No soy supersticioso, pero llevo mis amuletos
para obtener protección y alejarme de los males.
 
Soy mi propio adivino y me aconsejo
sobre las fases de la luna y otros elementos
que debo tener en cuenta para la buena salud,
quitar las contrariedades y penas de toda índole.
 
Hago té de milenrama para acabar con la gripa;
el de lavanda me sirve cuando me siento nervioso;
el de salvia no me falla contra malas digestiones,
y el de romero, perfecto por ser un buen profiláctico.
El de enebro, por diurético, no tiene comparación:
mejora el flujo en la orina y da envidiable apetito.
 
Pero lo más importante es no fiarse de uno solo
y obtener varios al tiempo, bien mezclados entre sí;
agregar un talismán que atraiga la buena suerte,
destierre perros rabiosos,
detenga las hemorragias y capture a los ladrones.