Raudos de pasión 
descubrimos nuevas rutas.
A nuestro desnudo paso
 Se desfloran las penumbras.
Nuestros cuerpos enlazados
 iluminan las tinieblas
y tus  manos van marcando
sobre mi espalda tus huellas.
Emerjo y me forjo luz.
Soy un despertar de estrellas.
Me lleno de plenitud
 cuando cruzo tus fronteras.
 Sin fatiga voy transitando
tus muslos y tus caderas.
 Me arrastro en la corriente
sobre tus piernas entreabiertas.
Voy hurgando  apresurado
 tu olorosa y virgen tierra.
Voy libando con más ganas
el producto de tu cosecha.
Me perfumo entre  tus mieles.
 ¡Se hace la noche eterna!
 En los torrentes de tu entrega
mi galeón ahora navega.
Mi boca tu  caldo implora
 y se ahoga en tu pavesa.
¡Y cuando me empapo de  tu jugo...
 ¡Soy una  trasnochada hoguera!