LILIETH
Publicado en Jan 28, 2011
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Bajaba las escaleras lentamente, alumbrada por la luz de un reflector, que esa noche solo seria para ella; iluminaba su rostro que solo tenía un simple delineado de ojos, rubor en las mejillas y un labial color vino que no desentonaba en nada con el púrpura de su vestido, un vestido corto a corsé que modelaba mucho mejor las curvas de su cuerpo...
Note su nerviosismo, creo que todo el mundo lo noto, tenía las mejillas demasiado rojas, y el suave maquillaje que tenia no lo disimulaba; a pesar de eso se veía muy bella, tan linda, ya era una mujer, cumplía sus dieciocho años, una edad que ella no quería cumplir porque decía que sería distinto para ella, nunca me explicó porque, pero seguro fue por las responsabilidades y decisiones que a partir de esas edad van apareciendo...
El maestro de ceremonia la presento, presento a sus padres, y todos empezaron a hablar; pero yo no escuchaba a nadie, solo la veía a ella en silencio y tan contenta; empezó a hablar ella, y una chica me ofrecía una copa de vino, que ya se estaban entregando para el brindis en honor a ella, escuchaba su voz, tan nerviosa como siempre al estar ante público, ella agradecía a todos por estar presentes en ese día tan especial, que estaba tan feliz de tener a todos sus seres queridos reunidos, y que para ella se había cumplido uno de sus deseos, y que esperaba que la pasaran bien y que fuera un día inolvidable...
Brindaron todos, a salud de ella, luego empezaron los bailes, bailo con su padre que no dejaba de llorar al igual que su madre; luego su hermano mayor, que también se veía triste; sus tíos, primos, luego sus amigos, yo quería ser el ultimo y así fue, me dirigí hacia ella, la tomé de la cintura, agarre su mano y empezamos a bailar el Danubio, fue un momento inolvidable, ella me dijo: Tengo algo para ti, espérame cerca de la entrada, yo iré ahí cuando se apaguen las luces y empiece la fiesta en sí. Termino la música, la dejé y fui a esperarla ahí, como me dijo, se apagaron las luces y empezó a sonar una salsa, espere cinco minutos y ahí estaba ella, dirigiéndose hacia mí, me dio un beso en la mejilla y me dijo: ¡Hola!, ¿Cómo estás?, salgamos de aquí.
Yo era su mejor amigo según ella, me contaba todas sus cosas, a veces parecía varón, porque jugaba futbol, videojuegos, y no le incomodaban los temas varoniles, ella siempre me entendía; era muy alegre, eso era una de las cosas que más me encantaban de ella, su alegría, así le hubiese pasado algo malo ella seguía alegre, como admiraba eso de ella, si sabía que había solución, nunca se daba por vencida; era más que una amiga para mi, estaba enamorado de ella, pero ella no lo sabía...
-Edu, Salgamos de aquí, quiero decirte algo - Dijo ella.
-Está bien, pero tus invitados, es tu fiesta debes estar en ella - Dijo él.
-No importa, no se darán cuenta, solo será un rato - Le dijo ella sonriente.
-Okey, pero tengo algo para ti, espera... - Dijo el sacando algo de su bolsillo, pero lo guardo de nuevo porque ella ya lo estaba jalando.
-Por fin, quiero decirte algo, ¿Quieres estar conmigo?, Te quiero mucho, nunca te lo dije, porque éramos amigos, pero ahora eso ya no me importa y quiero que lo sepas, depende de ti, ¿Quieres estar conmigo? - Le dijo ella mirándolo fijamente.
No sabía que decir, se me cruzaron muchas cosas por la cabeza, recuerdo bien, pensaba que era un sueño, que no era posible que la chica que pensé que nunca se fijaría en mí, me pidiera estar con ella...
-¿Estás segura?, No me estarás diciendo una broma, ¿no? - Le dijo él.
-Estoy muy segura, quiero que seas mi pareja, depende de ti - Le dijo ella abrazándolo.
-Acepto, te quiero muchísimo, nunca me espere esto de ti, quiero ser tu pareja - Le dijo él, mientras la abrazaba y levantaba su rostro para darle un beso, un primer beso de ambos...
-Bueno, ahora que somos pareja, te quiero pedir algo - Le dijo ella mientras seguían abrazados.
-Dime, lo que pidas te lo cumpliré - Le dijo él mientras volvía a besarla de nuevo.
-Quiero estar contigo, quiero entregarme a ti y quiero que sea ahora - Le dijo ella mirándolo a los ojos.
-Estás loca, no puedo hacer eso, te respeto mucho y no puedo, te quiero pero no creo que sea lo correcto, recién empezamos una relación - Le dijo el apartándose de ella.
-Dijiste que me lo cumplirías, por favor, cúmpleme ese deseo, quiero que perdamos nuestra virginidad juntos y que sea hoy, por favor - Le dijo ella acercándose a él.
-Pero como, no puedo, te quiero pero no puedo hacer eso - Le dijo a ella mirándola fijamente.
-Hazlo, si puedes, vamos a un Hotel, hay muchos por aquí, hagámoslo hoy, quiero que sea hoy, quiero estar contigo, por favor, cúmpleme ese deseo, será lo único que te pida, por favor - Le dijo ella abrazándolo y al oído.
-Está bien, aunque no me parezca lo haré - Dijo el besándola nuevamente.
En ese momento pensaba que estaba loca, pero no sabía qué hacer, yo también quería que eso pasara, que perdiéramos nuestra virginidad juntos, pero no tan rápido; había tenido sueños sobre eso, pero pensé que eran imposibles hasta ese momento, así que decidí hacerle caso porque yo también lo había esperado...
Fueron hacia un hotel que se encontraba en una avenida, a quince minutos de donde estaba la fiesta, entraron, ambos nerviosos, pero él ya era mayor de edad, así que no tendría ningún problema; subieron las escaleras, él se acerco y pidió un cuarto mientras ella lo esperaba, le dijeron: tercer piso, habitación 303; le dieron la llave, dijo un gracias y subió con ella hacia el tercer piso; ya ahí abrieron la puerta de la habitación, entraron, cerraron la puerta y ya adentro se abrazaron; se sentaron en la cama y se recostaron juntos, estuvieron así durante diez minutos, en silencio abrazados, nerviosos también ante su tan cercana primera vez, se besaron y poco a poco se fue encendiendo ese momento; él se desabotono la camisa mientras ella lo besaba, deslizó sus manos por el cierre del vestido y lo bajo hasta que ella se quedo descubierta, se apago la luz y ellos se mezclaban entre caricias y besos, no pensaban en nada, solo eran ellos dos, viviendo una locura; el miraba el cuerpo desnudo y suave que tenia ella, impactado y por instinto empezó a besarlo, ella tenía una sonrisa en el rostro, y también lo acariciaba a él como si fuera un lugar que estuviese explorando, ambos se entregaron, el uno al otro; cuando él estaba dentro suyo, ella estaba en silencio dándole un beso en el pecho o en el cuello; terminaron su entrega, se abrazaron y estuvieron en la cama, desnudos y diciéndose en cada instante un Te Quiero, fue dichoso aquel momento para ambos, ella lo miraba a él con tanto amor en los ojos, y el también a ella; estuvieron recostados un rato pensando en lo que habían sentido, hasta que vieron la hora, dos de la mañana, se fueron a la ducha y se bañaron juntos, entre besos y caricias de jabón, el agua recorría sus cuerpos, terminaron y se secaron, se apresuraron a vestirse, salieron de la habitación, él pidió su documento, y se retiraron, bajaron las escaleras abrazados, como dos niños cómplices de alguna travesura, una travesura agradable.
En el camino noté la piel pálida que ella tenía, los ojos caídos, su cabello ya no tenía el brillo de antes, la veía débil, tan frágil; supuse que tal vez fue por lo que había pasado, tal vez aun seguía nerviosa, la abrace y...
-¿Qué tienes? ¿Sigues nerviosa? - Le pregunte.
-Un poco, pero se me pasara - Respondió ella.
-Sí, pero que sea pronto, no te quiero ver así - Le dije.
-Está bien, ya se me quito - Lo dijo mientras se acercaba a mí para abrazarme con una bella sonrisa en el rostro.
-Te Quiero, Te Quiero Muchísimo - Le dije mientras la besaba.
-Yo también, Ahora y Siempre - Me dijo al oído.
-Gracias por cumplir mi deseo, Te Amo - Dijo ella con un beso tan dulce que nunca en mi vida había tenido.
-Te Amo - Le dije cuando la abrace más fuerte.
-Tengo algo para ti - Le dije mientras sacaba la cajita de mi bolsillo, una cajita negra que contenía algo especial para ella.
Era una cadena que tenía como colgante un corazón flechado y atrás llevaba su nombre, en medio del corazón había un dije color rojo que simbolizaba el amor que sentía por ella, porque ella estaba en el centro de mi corazón, así lo pensaba...
-Gracias, pero no puedo aceptarlo - Me dijo ella.
-Porque no, eres ahora mi pareja, con mucha más razón te lo quiero dar, era de mi madre, que me lo dio un día antes de morir para la mujer que más ame, mande a grabar tu nombre detrás, porque esa mujer eres tú - Le dije mirándola fijamente.
-Gracias pero no lo puedo aceptar, ahora no, discúlpame, pero todavía no estoy lista para aceptar un regalo como ese, guárdalo y espera todavía porque tienes que estar seguro de a quien se lo darás - Me lo dijo mientras me abrazaba y besaba mi cuello.
-Está bien, pero sé que tu lo llevaras puesto siempre - Le dije mientras caminábamos abrazados hacia el lugar donde se estaba dando su fiesta.
Entramos a la fiesta, ella me abrazo, me dijo: Vuelvo luego; vi como se dirigía lentamente a sus padres, la note cansada, demasiado débil; volteo y con su mano hacia un gesto de Adiós, camino unos pasos más y se desplomo, sus padres corrieron hacia ella, su hermano que estaba cerca le agarro entre sus brazos; yo estaba ahí paralizado, sorprendido por lo que había pasado, todos la rodearon, trajeron alcohol para hacerla despertarse pero no reaccionaba, entonces su padre llamó a una ambulancia, a los diez minutos la ambulancia ya estaba ahí, su madre lloraba inconsolablemente, me acerque y la vi aun con el cabello mojado, pálida, los labios casi blancos, me asuste al verla así, era obvio que tenía algo, pero que...
Subían su cuerpo a la ambulancia, sus padres fueron con ella, todos los invitados estaban ahí, consternados, hablaban de que era lo que le había pasado, que estaba demasiado pálida y que era obvio que tenía algo; sus amigos de la universidad decían que hace dos semanas que no asistía a clases y que dijo que se había ido de viaje, algo que yo también sabia, que se había ido de viaje pero nunca me dijo a donde; algunos de sus familiares decían que se había hecho unos análisis porque tenía constantes dolores de cabeza pero que los resultados no fueron malos; yo estaba impactado, hace unas horas ella estaba tan bien conmigo, y que luego le pasara esto...
Todos empezaron a retirarse, yo también lo hice fui a mi casa, estaba en mi habitación pensando que le había sucedido, no podía dormir, eran las siete de la mañana, y se me ocurrió llamar a su casa, me contesto su hermana menor...
-Aló, con quien hablo - Dijo ella.
-Con Edu, ¿Está tu hermano? - Le pregunte.
-Espera, acaba de llegar, ahora lo llamo - Me respondió.
-Hola, si, ¿qué paso Edu? - Me contesto él.
-¿Como esta tu hermana? - Le pregunte nerviosamente.
-Ella, sigue en el hospital - dijo.
-¿En qué hospital? - Le pregunte.
-En San Pablo, está en el cuarto piso - Me respondió.
-Gracias, iré mas tarde - Le dije.
-Okey, allá te veo, adiós - Me dijo.
Conocía muy bien a su familia, ellos también me conocían a mí, era el mejor amigo de su hija, aunque a veces tenían sus dudas, y pensaban que era su enamorado; pero de todas maneras me trataban bien cada vez que iba a visitarla. Su hermano mayor, Fernando, era Ingeniero Civil, tenia veinticinco años, quería a sus hermanas muchísimo, era muy protector y celoso con ellas, al principio no le caía bien, pero luego nos fuimos conociendo y nos hicimos amigos, también porque yo estudiaba Ingeniería Civil, hablábamos muy seguido y nos habíamos vuelto muy cercanos, lo consideraba un hermano también. Dafne, la menor, tenía nueve años, estaba aun en colegio, una niña muy habladora, y alegre como su hermana; le gustaba pintar y dibujar, y lo hacía muy bien, siempre le daba sus dibujos a su hermana o me los regalaba, también me hice muy amigo de ella; era una niña pero a veces tenia pensamientos tan maduros, que a veces le pedía consejos a ella. Su mamá, Victoria, una señora agradable, muy cariñosa con sus hijos, y muy bromista, ella era escritora, tenía muy bonitos poemas, cuando iba a visitar a su hija, nos mostraba algunos que había escrito recientemente y nos pedía nuestra opinión. Don Ricardo, su padre, era empresario, estudio Administración, y también quería mucho a sus hijos, un padre comprensivo, y también celoso, al principio cuando lo conocí me dio miedo, pero con el tiempo entendí porque era así, era porque quería mucho a sus hijas, como todo padre, que ahora entiendo; no quería que le hicieran daño a sus hijas, un señor conservador, inteligente y también bromista, muy amoroso y detallista con su esposa. Y su perro Luther, un labrador, juguetón y travieso, con el que a veces Dafne se quedaba dormida o con el que solía conversar...Y por ultimo Ella, de dieciocho años, recién cumplidos, estudiaba Arquitectura, admiraba el amor de sus padres, la perseverancia de su hermano, la inocencia de su hermana y la alegría de Luther, ella una chica alegre, bromista, inteligente, detallista y cariñosa, muy buena amiga, hermana e hija; no tuvo ninguna pelea con nadie, no odiaba a nadie, y trataba de llevarse bien con todos, no le gustaban las discordias, le gustaba que todo este en armonía, le encantaba el helado y también la música...
Eran las nueve de la mañana, me bañe, me aliste y salí un rato a caminar y a comprarle un helado de vainilla con piscas de chocolate como a ella le gustaba, pensaba que cuando llegara ella ya estaría despierta y como siempre pediría un helado, pues comía uno o dos helados al día...
Me dirigí al hospital, llegue, subí al cuarto piso, pregunte por ella a la enfermera, y parecía que la conocía muy bien...me dijo que estaba en la habitación 506 y que sus padres estaban en sala de espera; fui a buscar a sus padres, los encontré y estaban tristes, su madre aun llorando, su hermano sentado mirando al piso, cuando alzo la mirada y me vio... Lo salude, salude a sus padres y me senté al lado de Fernando.
-Hola, ¿Cómo esta ella? - Le pregunte.
-Mal, no despierta aun, parece que está en su fase terminal - Me dijo tristemente.
-¿Cómo? ¿Qué le pasa? ¿Qué es eso de su fase terminal? - Le pregunte nerviosamente.
-No se lo dijo a nadie, veo que tampoco te lo dijo a ti, ella está enferma, se entero hace cuatro meses cuando sus dolores de cabeza se hicieron insoportables y nos enteramos que - Dijo llorando calladamente.
-¿Qué se enteraron? ¿De qué estaba enferma? - Le pregunte desesperadamente y sorprendido.
-Ella me dijo que te diera esto, que sabría cuando te lo debía dar y creo que es el momento - Me lo dijo mientras sacaba algo de su bolsillo, era un sobre.
-Es una carta, algo que ella escribió para ti, y creo que ahora debes leerlo, para que puedas entender que sucede - Dijo Fernando mientras me extendía el sobre.
-Gracias - Le dije mientras recibía el sobre y empezaba a abrirlo.
Abrí el sobre lentamente, saque lo que había dentro, era un papel lila con una letra en cursiva, color negro, su color favorito; y decía...
Lima, 21 de Agosto
Hola, hoy me entere después de hacerme una serie de análisis de la cabeza, que tengo un tumor en el cerebro, que por mala suerte es maligno, ya no se puede hacer nada, solo esperar...disfrutar los últimos meses que me quedan de vida, ha sido una noticia muy fuerte para mí y para mi familia, pero he decidió que nadie se entere, quiero que todos me vean feliz y que me recuerden así, no como una persona enferma a la que le queda muy poco tiempo; por eso es que tampoco te lo contare, se que tendré que estar constantemente en el hospital, pero seguiré estudiando, no estaré metida ahí sin poder vivir mis días con alegría, estar metida en una cama de hospital no es para mí, me conoces bien y sabes que no me daré por vencida ante esto, si me queda poco tiempo, lo disfrutare.
Lima, 15 de Setiembre
Sabes, falta muy poco para mi cumpleaños, y tu sabes que no me gusta hacer fiestas, pero esta vez realizare una, espero que ese día sea uno de los mejores, quiero que todos mis seres queridos estén reunidos, deseo que al menos antes de irme, ver a todas la personas que quiero, alegres por mí, felices, sus sonrisas me darán fuerzas para seguir adelante.
Lima, 30 de Octubre
Mis dolores de cabeza se hacen mas intensos, he tenido que ir al hospital, el doctor dice que tengo que cuidarme más, que ya debería dejar de estudiar y que debería estar en casa en reposo, pero no lo hare, quiero estar con mis amigos, familiares, compañeros y sobretodo contigo, te quiero mucho pero no como un amigo sino como algo mas, tu no lo sabes, pero estoy segura que te lo diré pronto.
Lima, 17 de Noviembre
Faltan pocos días para mi cumpleaños, he dejado de asistir a la universidad, estoy muy cansada, hace una semana que estoy en el hospital y todos creen que me fui de viaje, pero prometo que para el día de mi cumpleaños estaré bien, ya todas las invitaciones han sido repartidas, recuerdas cuando te la di, te dije: será un día especial, estoy nerviosa, quiero que todo sea perfecto será como mi despedida sin que nadie se entere, y además tengo una sorpresa para ti...
Lima, 20 de Noviembre
Ya me estoy poniendo mejor, ya te veré pronto, sé que cuando leas esto posiblemente me haya pasado algo malo, espero que la sorpresa que te tenía se haya cumplido para entonces porque me iré con ese recuerdo espectacular de ese momento, con esto quiero decirte que te quise mucho, y quiero mucho, has sido una de las razones de mi vida, no te dije lo que me sucedía porque no quería que te pusieras triste quería que en mis últimos momentos tú seas feliz, que todos sean felices...Estaré siempre contigo, cuidándote desde donde este, tanto a ti como a mi familia...Te amo...
Estaba consternado, nunca me imagine lo que le sucedía, tenia lagrimas en los ojos; ella me amaba y yo también, pero la estaba perdiendo, porque era posible eso, porque pasaba eso, no sabía qué hacer, mi mente se nublo, solo quería estar con ella, pregunte si podía entrar a su cuarto y su hermano me dijo que sí. Entré y la vi a ella más pálida que antes, con tantos aparatos, la miré, me senté a su lado y empecé a decirle entre lágrimas; que le había traído su helado, que se despertara, que era la hora de comer juntos, de ver una película, que la necesitaba, necesitaba sus palabras, sus gestos, sus golpes, necesitaba todo de ella, que luchara mas, que teníamos mucho que hacer aun, que ya estábamos juntos y que nadie nos podría separar; que esa cadena la estaba esperando, que era la mujer a la que mas amaba, que teníamos que ver las estrellas otra vez...Entro su hermano y me dijo que ya no podía estar ahí, me seque las lagrimas y le di un beso en la frente y otro en los labios, un último beso frio...
Salí de la habitación, me despedí de sus padres, le dije a Fernando que me avisara si pasara algo; luego fui a mi casa; estando ahí, ore por ella, le pedí a Dios que la mantuviera con vida, y que si no era así que la cuidara mucho en donde este, pero que por favor todavía no se la llevara...
Me quede dormido y a las once de la noche recibí una llamada, era de Fernando...
-¿Edu? - dijo él.
-Si soy yo, ¿alguna novedad? - Le pregunte medio dormido.
-Acaba de morir, nos dejó - Dijo con un llanto amargo.
-¿Cómo? Voy para allá, Adiós - Le dije, colgando instantáneamente, me di un baño y en cinco minutos estaba listo para ir allá.
Llegué y vi a sus padres llorando desconsoladamente, su hermano en una esquina lloraba incontrolable, golpeaba la pared, yo me quedé ahí parado sin saber qué hacer, se acerco su madre y me dijo: Se nos fue, y no hicimos nada, se nos fue...Yo le dije: No es cierto, hicieron todo para hacerla feliz, ella no quisiera que estén así; Su padre se acerco y me dijo: Lo sabemos, pero es difícil no llorar, ella era nuestra hija, una buena hija, la queremos tanto, ¿cómo le paso esto?, ¡Cómo!...
Su hermano se acerco y dijo a sus padres que tendrían que informar a todos, y que él se iba a encargar; lo acompañe, fuimos a su casa, y Dafne salió y pregunto por ella, Fernando le dijo, ella esta descansando, hizo un viaje muy lejos, entre sollozos...
No llores le dijo Dafne, ella murió ¿no es así?, ella me dijo que le iba a suceder eso y que no me pusiera triste, que siguiera dibujando y que le alegrara el día a todos ustedes; les daré mis chocolates, uno para ti Fernando, otro para ti Edu, este para mí y los que sobran se los daré a mi papi y a mi mami, ella me dijo que los chocolates ponen contentas a las personas, así que se van a comer esos chocolates porque deben estar alegres, alegres para ella...
 Edu abrazo a su hermana y yo solo contemplaba esa escena mientras lloraba, pero me secaba las lagrimas rápidamente porque debíamos estar alegres, comimos los chocolates y empezamos a llamar a sus familiares y a sus amigos, les dimos la noticia, algunos lloraron otros no sabían que decir; se iba a velar el cuerpo por la mañana y por la tarde seria sepultada, todo seria en un mismo día, como ella lo pidió, pidió que no fuera tan larga la ceremonia, porque no quería que la vieran mucho tiempo así...
En el velatorio había una foto de ella y debajo decía: no estés triste, no te quiero ver así, quiero llevarme una sonrisa tuya, aun te estoy viendo...Solté una risa con esa frase, recordé que me la dijo cuando estábamos en el velatorio de mi Madre, me hizo sentir mejor y sonreí para ella y para mi madre...En esa habitación pocos lloraban, sus padres ya no lo hacían, su hermano tampoco y Dafne estaba feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, repartiendo chocolates a cada uno de los presentes mientras les decía que debían estar alegres para ella...
Todos sonreían, recordaban anécdotas con ella, luego lloraban pero con una sonrisa en el rostro, Dafne se acerco al ataúd de su hermana, que era blanco, como el vestido que llevaba, y pidió que su padre la levantara y la acercara al rostro de su hermana, le dio un beso y le dejo un dibujo en sus manos, era unos labios con una gran sonrisa, le dijo aquí tienes mi sonrisa y le alegrare los días a todos...
Se fueron acercando uno a uno, luego nos dirigimos al Cementerio, allí estaban todos, familiares, amigos, compañeros, conocidos, Luther; todos vestidos de blanco como ella lo pidió, bajaban su cuerpo y uno a uno se acercaban y le tiraban flores, cartas, o cualquier objeto que ellos creían eran importantes, cuando llego mi turno de acercarme, le iba a tirar la cadena y una rosa, revise mis bolsillos y no estaba, me dio tristeza que no pudiera entregarle eso, así que solo le entregue la rosa; el ataúd estaba siendo enterrado, y decidí irme porque no soportaba estar ahí.
Estaba en mi casa, subí a mi cuarto, y en mi mesa de noche estaba la cajita con la cadena, aquella que estaba esperando por ella, la agarre y estaba tan cansado, que me quede dormido, recuerdo que la soñé, y me decía: No era para mí, ya llegara esa persona especial, espérala...
Hoy, quince años después se que esa persona llegó, se llama Lilieth igual que ella, se llama igual que mi mejor amiga, que mi fugaz pareja, que la persona que ame... Espere mucho tiempo pero ahora está aquí, Lilieth mi pequeña hija de tres años, una niñita alegre que le gustan los chocolates, y que lleva siempre puesta la medalla que alguna vez se la iba a dar a ella; mi hija que en honor a ella, lleva su nombre, Lilieth.
Su madre murió en un accidente, solo me tiene a mí, su padre; Edu, como ella me dice; sé que ella, mi hija es la mujer a la que más amo en el mundo, y espero que ella sea una buena chica como la Lilieth de la que alguna vez me enamoré.
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Descripción

Palabras Clave: Lilieth amor nostalgia esperanzas sueos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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