Ceniza a Ceniza / Prefase
Publicado en Jan 07, 2011
Prev
Next
Prefase

Recuerdo el tiempo en el que me fijaba mucho más en el futuro del mundo que en el de mi propia existencia, con una mentalidad un poco Deontología, salia a las calles por lo menos una vez cada semana y gritaba por los derechos de quien fuera (para mi lo importante era defender algo); La verdad es que no elucubrar muy bien cuanta gente perdí por pensar de ese modo, cuantos se alejaron de mi o como fue que los aparte, pero eso no es realmente lo importante.
 Corría la primavera de 1994, yo tenía 16 años y esa tarde me había trasladado hasta plaza de armas para protestar por la legalización de la marihuana, sin el previo conocimiento de mis padres sentía que todo marchaba sobre ruedas, después de todo esas manifestaciones nunca habían sido muy violentas, todos reíamos y cantábamos al ritmo del reggae mientras esperábamos el inicio del movimiento. Sin previo aviso algo sucedió.
Los camiones lanza aguas irrumpieron en el sonido, cesando la música con su chorro cortante y secundando los estaban las bombas lacrimógenas que me nublaron la vista, sin más hubo que correr en cualquier dirección posible para escapar de la represión (en estos momentos recuerdo que las rodillas me tiritaban por que dentro de mi mochila llevaba un paquete de diez mil pesos lleno de droga y si me agarraban con ellas seria bastante tarde como para retractarme de haberla comprado para mis amigos) ya que se veía terrible. Yo corrí solo, bajando por catedral, para luego ver a una manada detrás de mi que hacia lo mismo pero ninguna se hizo conocido ante mis ojos, luego en Morande se nos cruzo un carro lanza agua lo que me obligo doblar hacia la Alameda a toda velocidad, entre cada disparo de agua yo iba cerrando los ojos para frenar el impacto y mientras esperaba que no me agarraran pase frente a una salida de autos cuando por el chorro de camión el enorme espejo retrovisor cayó sobre mi cabeza quitando me la conciencia en cuestión de segundos.

-

Desperté en la cama de un hospital, rodeado de enfermeras que apasiguavan a mi familia, desvié mi vista hasta la ventana que dejaba entrar el destello natural del atardecer y fue cuando todos comenzaron a hablar.

-Se despertó bien doctor, aunque no estoy seguro de cuanto tiempo lleva así, parece estar ausente...

-No se preocupe enfermera, es normal, luego de pasar más de una semana en inactividad al cerebro le toma trabajo hacer las mismas sinapsis para funcionar-Levante ligeramente mi cabeza y mire al licenciado.

-¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?

-Una semana y cuatro días, aproximada mente, usted estaba en un estado de coma la verdad debido a un traumatismo cerebral leve...¿recuerda que es lo que le sucedió?

-Para ser sincero no, solo me acuerdo que fui a una marcha y que comenzamos a corres de los carabineros, desde ahí nada

-Durante la huida que usted hizo paso frente a la salida de autos de un edificio de Morande, casi llegando a Agustinas, el carro del que usted corría lanzo un chorro de agua el que impacto contra el espejo del estacionamiento el cual cayó en su cabeza y se rompió-Las enfermeras continuaban con su labor de cambiar y sacar agujas de mi cuerpo mientras yo intentaba mantenerme tranquilo-Esto lo puso inconsciente de inmediato, comenzó a perder mucha sangre, pero como los carabineros estaban ahí todas las personas que salieron a ayudarte fueron llevadas detenidas y cuando llegaste  hasta acá ya estabas en estado de coma- Todo esto era transmitido por sus labios con una extrema tranquilidad, como si nada raro hubiera sucedido, por mi parte yo estaba completamente angustiado; Me di cuenta de que mi vida había corrido el riesgo más grande del mundo y este lo había provocado yo, claro que una serie de decisiones tenía que ver con el desenlace, pero nuevamente yo estaba completamente implicado.
Mi familia llego pocas horas más tarde, tan preocupados como enfurecidos, me dijeron que tendría que cumplir ciertas horas de servicio comunitario por mi porte de marihuana, y dado mi estado actual, decidieron no llevar el caso más lejos. Desde aquel día en mi vida decidí no volver a meterme en líos, no arriesgarme, no comprometerme y seguir la linea más segura posible por un inexplicable miedo a la muerte.

&

Recordaba perfectamente aquel día, aunque fuera un tanto masoquista de su parte, ella tenía 16 años y cursaba su penúltimo año de secundaria, no había sido el menos estresante pero estaba contenta de que todo aquello llegaba a si fin, pasando por la separación de sus progenitores, la "escapada" de su padre a Barcelona y el viaje sin retorno de su hermano a la Universidad de Bogota lo único que le quedaba era su madre más un sin número de ilusiones para el futuro.
Ese día irían a resolver ciertos problemas con su apellido ya que su tutora no tenía ninguna intención de dejarla con el apelativo del que antes había sido un excelente compañero; La recogió a las 15 horas y se desplazaron por Vicuña Mackenna.

-¿Puedes decirme por que estamos haciendo esto?  

-Es algo personal que no creo que comprendas por ahora, simplemente te pido tu disposición, es mucho mejor si lo hacemos ahora por que más adelante sera muy difícil-Por algunos segundos lo único que escucharon fue la luz intermitente del auto, ya no quedaban muchas cosas que decir.

-No quiero discutir por esto...

-Entonces no lo hagas mi amor, solo dejalo así, recuerda todo lo que nos hizo-Miro hacia abajo.

-Aunque me duela, el es parte de mi, después de todo soy mitad de el y siento que si hago esto niego una parte de mi identidad -Se quedo mirando a la ventana bajo la ofensiva mirada de su madre.

-¿Entonces ahora estas de su lado?

-No, para nada...

-Entonces callate y coopera-En ese lapsus de tiempo solo miro a su hija, por lo que no se fijo que al pisar el acelerador su luz verde se había cambiado con enojo, lo que la lanzo a un mar de metales y ruedas que impactaron contra cada puerta del vehículo.

Al abrir los ojos no hubo mucho que reconociera, vio un techo blanco que la cegó, un par de uniformados verdes aparecieron en su campo visual y las enfermeras con los doctores no tardaron en llegar. Por más que trató de moverse se lo impedían hasta que se dio cuanta de que parte de su cuerpo estaba completamente inmóvil, dormido, y la otra con un dolor fulminante.
Su pierna, puntualmente la tibia derecha, se había fracturado en dos partes, junto con dos costillas y múltiples contusiones en la zona cervical y craneal, según los especialistas tenía mucha suerte de seguir con vida.
Le inocularon un liquido cristalino vía intravenosa que de a poco comenzó a adormecerla, todo se volvió borroso, pronto no había nada.

-¿Señorita Ofelia?-Solo pudo escuchar un sinfonía confusa-Despierte por favor, tenemos que cambiarle las vendas- Al intentar abrir los ojos vio a las mismas enfermeras de antes las que le sentaron con cuidado y, con aquel profesionalismo medico, removieron los vendajes tan rápido como pudieron.

-¿Ofelia Irarrazaval?-Asintió- Soy el doctor Maxwell, estoy encargado de esta parte de su recuperación, usted esta internada en la UTI* de la Universidad Católica pero no se preocupe todos los pronósticos que hemos realizado indican que no tendrá problemas para caminar de aquí a un mes más siempre y cuando siga todas nuestras indicaciones- Durante todo su discurso no la miro ni una sola vez a la cara, solo turno su atención entre el informe y las enfermeras.

-¿Mi Mamá?- Todos alzaron sus cabezas casi al unisono.

-¿Disculpe?- Consulto el especialista.

-¿Donde esta mi mamá?- El articular cada palabra se convertía en un tremendo esfuerzo físico, sentía como cada músculo se veía involucrado, eran millones de cuchillos en su carne.

-¿Su madre es Marianela Valenzuela?- El doctor se dirigió a una de las enfermeras que al ver la expresión de Ofelia supo que era una afirmativa- Señorita su madre sufrio un fuerte impacto que le produjo un traumatismo cerebral severo, fue bastante difícil estabilizarla, no hubo mucho más que nosotros pudiéramos hacer- Por el momento no hubo mucho que ella pudiera entender, la mezcla de palabras dificiles con la velocidad, y de repente la noción del tiempo se volvió nula.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Dos semanas, más o menos, estuvo inconsciente por una entera, el resto su presencia fue parcial- Nada tenía el sentido suficiente, en su cabeza solo había pasado un par de días, pero en la realidad solo le quedaba una semana para salir de clases.

-¿Mi mamá...murió?- Dijo con la voz quebrada.

-No, esta en estado de coma, por ahora solo nos queda rezar por que su condición mejore- Se sintió peor con cada palabra que el doctor pronunciaba, cuando las enfermeras concluyeron su labor la dejaron sola, con las lagrimas al borde de sus ojos pero sin sentirse con la fuerza suficiente para llorar.

Días despues, aproximadamente cuatro, su abuela aparecio en  su habitación de forma repentina y al verla lo unico que supo hacer fue llorar, Ofelia no comprendía todo aquello ya que no se podía ver. Estaba sentada en una cama blanca, diversos rasguños y moretones se estendía por las partes visibles de su cuerpo, su torso vendado junto con su pierna enyesada la obligaban a quedarse totalmente erguida observando al frente.

-¿Qué pasa?-Le soltó cortante. La mujer mayor solo movio la cabeza negando con rapides, luego se acercó a ella y la abrazo con fuerza esperando que el gesto fuera respondido, más no fue así.

-Ahora viviras conmigo, saldremos adelante, ya lo veras- Compartieron unos segundos de miradas cruzadas, luego Ofelia se desvio a la ventana, lo que menos necesitaba ahora era dolor lebastanta con el que sentía fisicamente.

El tiempo paso y Ofelia fue dada de alta, los psicologos y psiquiatras del hospital le aconsejaron a su abuela que la cuidara mucho o que por lo menos la llevara con un especialista, más ella tenía su propia idea de como curar una perdida. Su plan de acción fue simplemente no negarle nada en lo absoluto así que si la niña quería faltar al colegio podía hacerlo, si no quería ir al psicologo estaba bien y sin importar a que hora de la noche llegara estaba bien.
Esto fue transformando de a poco a la joven de 16 años, al principio fue solo juegos y diversion para Ofelia pero con el pasar de los días se fue desvinculando cada vez más con el mundo, hasta ser una enagenada en su propio hogar.
Página 1 / 1
Foto del autor Isadora Insunza
Textos Publicados: 10
Miembro desde: Jan 06, 2010
0 Comentarios 480 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Este es el capitulo que le sigue al prologo, espero que les guste

Palabras Clave: Prefase dolor muerte agotar coma vehculo adolecentes nias nios abortos madres abuelas doctor enfermera pacos manifestaciones

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: Isadora Insunza


Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy