EL FURIOSO TIBURÓN

Atender que viene el pez
tiburón sobre un corcel
arrastrando de una vez
mil pancartas y un pastel.

Ni un caballo quiero yo
cuando juega en mi rincón
¿quién se cree, picaflor?
¡le daré como al tambor!

El corcel se encabritó
y los dientes le pateó
al furioso tiburón
que de pronto se durmió.

Mantaraya y un delfín
que pasaban por ahí
escucharon a un mandril
revolcarse en aserrín.

Pero un pato rebuznó
como un burro de alcanfor
la gaviota lo besó
al bailar en un salón.

El pinguino de altamar
tararea en su cantar
un poema de azahar
en amor por la verdad.

Un perrito se acercó
al herido tiburón
que de pronto lo miró
y en un tris se lo comió.

¿Quién te entiende camaleón,
de la vida y el dolor?
cocodrilo, eres matón
como el fuego del carbón.   

El corcel con un león
más el gato y el ratón
expulsaron del rincón
al furioso tiburón.