Madre;
cuantas veces no jugamos a la comidita
cuantas veces no me regalaste esos trastecitos
la escobita,
el trapeadorcito,
el mandil y los tubos para el cabello.
Siempre dijiste que yo era tu princesita
me peinabas con trenzas
me perfumabas de suspiros
me decías que mis muñequitas
eran mis bebes
eran mis niños.
Cuántas Barbies no tuve
la que quería ser doctora,
la que quería ser enfermera,
la educadora,
la musa,
y la que no tenía sueños solo se presentaba con un vestido coqueto
como de una ramera.
Mami;
siempre dijiste que fuera la que quisiera
que yo sería como esta muñequita
pero me faltaba
y me teñí el cabello
ya no deseo ser morenita
vomité a todo tiempo
necesito la figura esbelta de esa Barbie
la "quiero ser modelo"
Mami;
lo peor es que siempre me contaste del príncipe azul
que le regalaba joyas e invitaba a su castillo
y siempre creí eso que me decías tú
que no distingo de la fantasía
a un infierno como castigo.
Mami;
al primero que se me acercó con esa sonrisa
con esos modos
con esos obsequios
lo definí
como el rey de esos cuentos
pero nunca me dijiste que también existía el ogro
el que encierra en calabozos a princesas ingenuas como yo
el que me obliga a que se le pague lo atento que ha sido
con mi cuerpo
de rodillas
reverenciando
el haber caído en esta red
donde se vende el amor
como quien paga unas migajas.
Mami;
pero no estoy sola
veo a otras caritas maquilladas
tal vez de la misma edad que yo
con las zapatillas y medias que les quedan largas
tienen la misma expresión
la misma cara asustada
¡ay! mami
de seguro es porque
a ellas también
les dijeron de ese cuento de hadas.
Yo no quería jugar con bebes
ni con trastecitos
porque no quería ser una sumisa sin ilusiones
espero si vuelvo a nacer mami, me regales mejor un libro.