SIN TIEMPO NI ESPACIO
Publicado en Dec 24, 2010
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He cumplido 32 años. La fiesta de ayer estuvo maravillosa, los cocteles deliciosos y la música muy variada. Al menos logré que mi hermana cuidara a la niña. ¿Qué sucede? No había divagado desde aquella despedida. Minerva se fue y prometió no olvidar quien era ella y quien era yo. Recuerdo cuantas veces tropecé, casi me arrollaban los automóviles y si alguien me llamaba yo tardaba en responder, su esencia me perseguía y yo pasaba horas evocando el aroma a flores que se desprendía de su cabello, su mirada, su silencio que me decía más que el bullicio de toda la ciudad. Todos gritaban ayer: “Feliz día Romina”, “¿Qué más le pides a la vida si tienes un esposo encantador, una linda hija y te ves hermosa?”. Cielos, el brandy en mi cuerpo. Neuralgia, náusea, vértigo. Suena el teléfono, seguro es mi hermana para devolverme a la niña, la adoro pero a veces todo me abruma. El trabajo en esa horrible oficina de gobierno, Julius con sus celos, mi madre diciendo que nunca aprendí a ser una verdadera señora, el casero exigiendo la renta puntual, los trastes sucios de hace una semana, mi bebé llegando del colegio y queriendo jugar o pintarrajear con mis lápices labiales el tapiz de la pared, quiere que yo sea paciente, que me arrastre con ella por el piso y salte en la cama, que revise su tarea y aún tenga deseos de preparar galletas o pastel. ¡Ella con sus 6 años es inocentemente egoísta y nada sabe de perder u olvidar en algún traje sastre los sueños! Mi hermana llega en una hora para devolverme a Regina, mi bebé y Julius todavía está roncando en el sofá. No quiso dormir conmigo en la cama porque cuando se embriaga prefiere estar solo y yo se lo agradezco. La última vez que hablé con Minerva yo aún sabía construir ideales y deseaba viajar por todo el mundo, ambas estábamos seguras de que un día nos encontraríamos en La Torre de Pisa, en los castillos rumanos, en Brujas o bebiendo whisky sobre la tumba de algún escritor. La más bella cualidad de Minerva era la perseverancia y aunque su familia se oponía a que ella estudiara historia del arte, lo logró. Sinceramente me avergonzaría que me encontrara tirada en la cama, con una resaca del demonio, un esposo panzón y flojo, una niña bonita pero muy caprichosa, vestidos de señora pueblerina, un título de licenciada en economía y mis pinceles, el caballete, mis musas, mis pantalones de mezclilla, mis convicciones, todo empolvado y cubierto de esa telaraña que te escupe la vejez sobre el rostro. ¿Qué sucedió? Un día Julius y yo nos casamos, entonces la antigua Romina se murió frente a un altar vestida de novia, rodeada de amigos, en medio de una iglesia llena de alcatraces y gardenias e inmediatamente nací yo, la esposa, la madre, la que ya no tiene derecho a independencia, la que ya estaba en edad de formalizar su vida. La edad es un requisito o una cláusula, el sistema te dice como te debes ir comportando, cuales serán tus obligaciones y porque debes renunciar a lo que te hace feliz. Te hacen sentir absurdo y estúpido si eres libre, espontáneo, si luchas contra corriente por tus sueños aunque eso signifique decepciones para tu familia y desprestigio ante la sociedad... El timbre, seguro es mi hermana. No estoy delirando ni es un espectro ¡Es Minerva la más bella certeza! Luce perfecta con su pantalón de mezclilla desgastada, su cazadora de piel negra, botas negras sin tacón ni plataforma, bufanda blanca sobre una ligera blusa negra, boina blanca tipo francesa y tras de las gafas sus ojos color miel... Lo sabía, ella se llevó mis ideales para protegerlos y volvió para recordarme que quizá morí pero existe la reencarnación y ambas somos eternas... Ya casi no recuerdo el rostro de Julius ni los patéticos encuentros eróticos con él. De mi niña Regina solo sé que entre Julius y mi suegra la están entrenando para ser una gran señora y yo no me arrepiento porque mi destino se llama Minerva. Entre ella y yo nunca se interpuso la distancia, esto es la quintaesencia del amor sin género, edad, prejuicio, sin tiempo ni espacio.
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Foto del autor teresa
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Descripción

Acerca del amor, a uno mismo y a la vida.

Palabras Clave: libertad amor quintaesencia sueos reencarnacin ideales tiempo espacio

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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