Reptando entre suburbios, aspirando vomitiva esencia,sustancia que desgarra mi esófago, mugre que contamina mi pensamiento, la soga que me sostiene, en equilibrio no por mucho me mantendrá, ella decide mi rumbo.
Agarrando fuerte el miedo, no quiero escapar del averno, del castigo que me deja el error, error que ahora me toca pagar...
El diablo me apunta con su dedo, me reclama a su mano derecha, carcajea en mi oído, me convierto en lazarillo, lazarillo de la bestia, servidor de lo perverso, de la cruel fechoría.

Agonizante entre llamas afónico entre penitencia, estoy debajo de vosotros ardiendo en mi ejecución
Sentencia endiablada, mi juicio final,
Arrodillada ante astas resplandecientes, Exhalando el perfume de azufre,
Sentencia endiablada, veneno letal,
Deshecho entre multitud de entes,
Ahora es cuando mi estimulada palpitación sufre,
¿Quién dijo que sería divertido?
Mi error fue transportado al inframundo y el carnero elige mi cometido, al que he de resignarme, al que he de obedecer, yo seré tu siervo, siervo de malicia incondicional.