Eres tú: La que gravita en mis ensoñaciones.
La que llena mi entraña de sabor palpitante.
La que me sacó de los cursos de la monotonía
para poner mis pies sobre  cimas de pétalos.
Eres tú la que llega de noche
y traes los acordes con que brilla mi casa.
Eres la que me busca cuando no soy
y sabes reconstruírme con tu acompañamiento.
Pones trapos de amores en todas mis roturas
y te amarras a mis brazos cuando cae la tarde.
Eres la que se apega a mí, poro a poro,
calentando mi espíritu con su sabor a lumbre.
Para ti son estos panes y esta copa de vino
y una canana verde y una corona húmeda.