EL PATETARRO
 
Genio maléfico por mi pata podrida
que intento camuflar con una guadua
puesta en forma de tarro encubridor
sobre los jugos de mi herida
que destruyen cosechas y jardines.
 
Propio de las regiones auríferas,
mi presencia augura inundaciones,
muertes y demás calamidades.
 
Por eso los mineros antioqueños,
con sus colegas chocoanos,
me odian de manera vengativa.
 
Me ven como deidad femenina
aunque soy claramente masculino,
cuyo grito histérico y macabro
llena de terror los socavones,
arroyos, precipicios y quebradas,
en las noches oscuras e invernales.
 
Anuncio mi llegada con aullidos,
crujir de la hojarasca
y movimiento de árboles.
 
Tengo ancestros africanos
lo mismo que europeos:
dioses de la venganza y la desdicha
como Cronos, las Erinias,
la Oscuridad, la Ira, la Desgracia
y otros igualmente destructores
en numerosos lugares del planeta.