Vivir en negación. Ver como el cuadro detrás del sillón se descascara rápidamente, hacer como si nada pasara,  observar como los colores se derriten  y llegan a un punto muerto. ¿Es lo que quieres? Si es así, puedo seguirte el juego, pero no te aseguro que mi sanidad mental llegue completa al terminar el camino.
Juguemos a pensar que nada ha pasado. Mientras tanto puedo servirte una taza de té y mirar el vacío sumergiéndonos en nuestros propios pensamientos. Propios solo en bosquejo, ya que, al fin y al cabo nos une la misma situación. Por un minuto dejemos que estos se aúnen y busquemos juntos una solución. Espera!, olvide por un segundo nuestro estado de negación. Tuve un lapsus, mis deseos por volver al pasado son más grandes que mis ganas de… ya ni siquiera recuerdo que es lo que estamos sosteniendo. Lo único que sé es que esto en algún momento explotará en mil pedazos y veremos como el cielo se llena de mariposas alicaídas, colores oscuros y palabras sin terminar. Pregunto de nuevo, ¿es lo que quieres?, fingir que todo sigue igual o peor aún, no existir, dejar que todo fluya sin participar del torrente de palabras. La mayoría de las veces logro entenderte, pero también comprendo que esto está matando el equilibrio pre-existente. Quiero que veas que hay algunos que gritan en silencio tu mirada de nuevo. Ellos juegan a hacerse los fuertes, pero sabes cuan frágiles son. Cada uno tiene un corazón de papel que en un abrir y cerrar de ojos puede ser calcinado por el fuego de alrededor. Te informo que uno está casi carcomido por completo, puedo ver la mitad de un agujero en su lugar. El dueño de este corazón trata de encubrir tal situación, no puede olvidar el rol que se ha auto-impuesto, esta tan confundido que ya olvidó quien era; qué más da, ya no logras vislumbrarlo. Espero que con la ayuda de ese tercero que falta en esta coreografía, logres ver lo que yo veo.