EGIR Y RAN
Publicado en Jun 14, 2009
![]() ![]() EGIR Y RAN
Egir, además de Niörd y Mimir, era otra de las deidades marinas que el Norte admitía como rey de las profundidades acuáticas (mar costero y primitivo océano). Lo mismo que sus dos hermanos, procedía de un género de dioses distinto a los esir, los vanas y los elfos, los gigantes y hasta los enanos, aunque sí considerado omnipotente en sus vastos dominios movedizos. Provocaba o aquietaba tempestades, y era visto como un anciano adusto de cabello largo y barba plateada. Sus dedos convulsos agarraban lo que hallara al alcance de la mano. Solía perseguir lanchas y esquifes y otras embarcaciones que arrastraba hasta el fondo, con fruición perversa. Casado con su hermana Ran, tan codiciosa y despiadada como él, cuyo diabólico juego consistía en esconderse cerca de las rocas para devorar marinos que salvaba de los barcos hundidos por su hermano. Los náufragos perdidos en el mar la veían como diosa de la Muerte, y en tierra creían que agasajaba los navegantes que morían en él, llevándolos a su mansión acuática para darles, entre peces y corales, porciones de aguamiel tan abundante como en los grandes festines de Valhalla. Conocida como Llama del Mar por su pasión hacia el brillante oro, orlaba los palacios de su esposo con el reflejo de las olas que azotaba. Los marinos nórdicos llevaban un poco del metal con ellos para conjurar peligros imprevistos en sus constantes y azarosos viajes por las líquidas mesetas boreales.
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