TRAGEDIA Y VENGANZA DEL HERRERO
Publicado en Jun 14, 2009
Prev
Next
Image
TRAGEDIA Y VENGANZA DEL HERRERO
 
Cuando las tres valkirias dejaron a los tres hermanos,
éstos quedaron tan tristes que dos de ellos,
con sus zapatos de nieve se lanzaron en su búsqueda
por las heladas cordilleras nórdicas.
 
Pero Völund prefirió quedarse en casa
porque vio que cualquier persecución
era inútil, peligrosa y zafia.
 
Halló alivio en el anillo de su esposa
como prueba de amor inquebrantable,
pensando que ella volvería a su lado.
 
Hábil herrero, fabricó
distintos elementos de oro y plata,
armas con poderes mágicos
y más anillos como los de su esposa,
hasta que una noche perdió el original
mientras los otros subsistían intactos.
 
Sus esperanzas se vieron renovadas
creyendo que su valkiria andaba cerca,
cuando fue capturado por un sueco
que le robó la espada y otras cosas
fabricadas con oro puro del Rin.
 
Conducido hasta una isla,
fue desjarretado para que no escapara.
Allí forjó nuevas armas y ornamentos,
fuera de un intrincado laberinto
llamado en Islandia, Casa de Völund.
 
Desesperado decidió vengarse
planeando su posible fuga,
e hizo dos alas como las de su amor
cuando huyó con las demás valkirias.
 
Un día el rey lo visitó temprano
llevándole la espada sustraída,
para que el cautivo la dejara nueva,
y Völund la trastrocó en el acto
por otra sin poderes mágicos.
 
Secuestró a los hijos del monarca
y los mató sin la menor piedad,
para hacer vasos con sus cráneos
y joyas con sus dientes y sus ojos.
 
Cuando el rey quiso restaurar su anillo,
robado al reo, como dije antes,
regresó a la cabaña del herrero,
donde bebió una pócima de algo
que lo hundió en profundo sueño.
 
El prisionero remontó su vuelo
con las alas que tenía escondidas,
fue a palacio y relató los crímenes
de su majestad, que ya despierto
obligó al hermano del fugitivo
(caído también en su poder),
a que abatiera con sus flechas
al hombre que así lo escarnecía.
 
Egil disparó contra Völund bajo las alas
donde ocultaba entre pulidas bolsas
la sangre extraída de los jóvenes.
 
Así el herrero se esfumó triunfante,
dispuesto a devolver la espada a Odín,
para que éste se la diera a Sigmund.
 
Luego de sufrir tan duras pruebas
Völund regresó donde su esposa,
que ansiosa lo esperaba arrepentida
en el lugar que juntos escogieron,
donde fueron felices hasta el día
en que vino el ocaso de los dioses.
Página 1 / 1

Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy