HELIGOLAND
Publicado en Jun 13, 2009
HELIGOLAND
("Tierra Sagrada", vista por escaldos en primitivas y valientes sagas). Los doce ancianos abordaron hacia el lugar propicio para dar fin a su función de paz. En el océano arreció la tempestad llevando el barco lejos de la costa, sin ninguna orientación, y los ancianos invocaron a Forseti con al esperanza de volver a puerto. Terminada la oración se percataron de un extraño pasajero en el timón, que enrumbaba el navío hacia la playa donde las olas llegaban sin violencia. Los trece descubrieron una isla y el nuevo timonel les hizo señas para que desembarcaran. Los doce obedecieron en silencio mientras el forastero arrojaba un hacha colosal a gran distancia, que hizo brotar el manantial sagrado. Bebieron de aquella fuente sacra y se asombraron del extraño marinero, similar a sus rostros y a sus cuerpos, en conjunto pero no en particular. El recién llegado habló enseguida, suave al principio y drástico después, hasta que expuso un código de leyes que confirmaba su función de paz. Para celebrar la aparición del dios declararon sagrada aquella isla, mientras lanzaban maldiciones contra los que osaran profanar con sus reyertas la santidad del sitio. Desde entonces el lugar es conocido como Tierra de Forseti (Heligoland), venerado en los países nórdicos. Incluso, los vikingos más feroces dejaron de irrumpir contra sus costas, con la esperanza de evitar naufragios y otras formas de muerte vergonzosas. En Heligoland se convocaban asambleas donde juristas, fieles a las tradiciones, bebían agua en secreto antes del fallo, como ritual en memoria de Forseti. Celebraban sus reuniones en Otoño, Verano y Primavera (no en Invierno), pues las tribus árticas ejercían justicia cuando la luz iluminaba los confines de un mundo más feraz y equitativo, imaginado en el espacio-tiempo.
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