AQUÍ ESTOY PARADO Y FIRME,
TAL CUAL UN FIEL CENTURIÓN.
AQUÍ ESTOY Y LA LLUVIA NO ME INMUTA,
ES MÁS, ME SABE A BENDICIÓN.
 
SIGO, PERMANEZCO, POR AÑOS Y CENTURIAS,
POR AÑOS Y CENTURIAS, PERO MIS AMIGOS NO...
DE QUE VALE UNA ETERNIDAD SOLITARIA,
PARA QUE SIRVE LOS SIGLOS SIN VOZ...
 
SI NO PUEDO HABLAR Y GRITAR CON FUERZAS,
QUE ESTOY MURIENDO DE DOLOR...
JUAN, EL NIÑO TÍMIDO Y DULCE,
EL ÚNICO QUE CRECIÓ SIN RENCOR;
 
SE MARCHÓ UNA TARDE GRIS Y MELANCÓLICA,
JUNTO CON SUS POEMAS, A DONDE MORA DIOS.
CRISTINA, ESA MUCHACHA PÁLIDA Y TRISTE,
LA QUE ESA NOCHE, DE INVIERNO ESTREMECEDOR,
 
LLEGÓ CORRIENDO Y EN MIS BRAZOS,
SUS MÁS AMARGAS LÁGRIMAS DERRAMÓ,
ENTRE BAULBUCEOS DE PEQUEÑA NIÑA,
DICIENDOMÉ, ¡LO ÚNICO QUE TENGO SOS VOS!
 
TODOS VAN, JUNTO A LA MUERTE,
MIS AMIGOS, MIS PAJÁROS, SIN SOLUCIÓN...
SOLO YO, SIGO EN PIE, INMUTABLE Y ETERNO,
PERO MI SOLEDAD ES MI PRISIÓN...
 
YO ANTICIPO Y SÉ DE MI PRONTO FINAL,
Y ME MORIRÉ COMO VIVÍ, SIN TEMOR...
SER O NO SER, NO ES LA CUESTIÓN,
SI VIVES EN LOS RECUERDOS CON AMOR...
 
SI COMENTAN: PENSAR QUE EN ESE LUGAR,
EN AQUEL SITIO, YO TE CONFESÉ MI AMOR...
SI COMENTAN DOS ANCIANOS MIRÁNDOSE,
CON LA MÁS TIERNA Y DULCE EXPRESIÓN...
 
BAJO LA SOMBRA DE ESE ÁRBOL RECUERDAS,
CON LA LLUVIA CAYENDO COMO UN TELÓN,
ESA TARDE DE SEPTIEMBRE CUANDO NIÑOS,
GRABÉ NUESTROS NOMBRES Y EN UN CORAZÓN...
 
ME MORIRÉ EN EL SUELO, LENTAMENTE,
MIENTRAS MIS HOJAS PIERDEN COLOR,
MIENTRAS REPASO LOS ROSTROS, LOS DÍAS,
MIENTRAS REPASO LA VIDA Y VOY A DIOS...