No perderte en el fondo del espejo
ni en las fábulas que mesan a los jardines.
Caminar hacia ti sin coletillas
dejando las muletillas que sostienen a mi lengua.
Mantenerte siempre presa en un frasquito
para recordar que tu esencia es de dulzor.
Llegar a ti usando mi piragua
en los ríos que hace la noche de mis dichas.
Aprender a andar contigo en tu dialecto
donde siempre ambos nos mascullamos.
Y mecernos pendulares en los sueños
mientras te amparo de litigios y horrores.
Llenarte de ganas y promesas
y que sepas que siempre sustraeré tus miedos
entre las cosas vestidas de maldad.