Este es el dilema de un hombre casado y con hijos que debe enfrentarse a su realidad y a su identidad…
Contigo supe crecer.
Con ella aprendí a luchar.
 Tú me iniciaste en esta nueva forma de amar…
 
Y yo, nada te pude ofrecer.
 
Ella me prodigó  su fe.
Ella ayudó  a fijarme derroteros.
Tú, eres el amigo bueno y sincero…
 
Y yo, sólo te puedo ofrecer
este puro amor secreto…
 
Fuiste mi hombre primero
y nunca lo voy a olvidar…
 
Estoy atado a mi mujer,
a mis hijos y a mi hogar…
 
Le juré ante un altar
que nunca la voy a dejar…
 
Tú me llevas a las alturas…
Con ella me siento tan preso.
 
Aunque sus aguas son puras;
en tu río es que yo bebo…
 
Ella es vida limpia y hermosa
y para el qué dirán
somos una familia dichosa…
 
Contigo soy lo que ansío.
Con ella, mis cuitas son realidad.
 
En ella sólo encuentro el hastío…
En ti todo es tranquilidad…
 
Y ahora estoy decidido,
contigo yo quiero estar.
 
Ella, no sé si me perdonará…
Tú me has perdonado ya…