FREYA Y ODUR
 
De todas las diosas boreales
es Freya mi heroína predilecta,
por ser encarnación de la belleza
y los múltiples placeres del amor.
 
Al entrar en Asgard, sus colegas,
maravilladas de tanta calidez,
le dieron el palacio más lujoso,
donde pudiera prodigar sus dones.
 
Jefe también de las valkirias,
recoge a los muertos en batalla,
mientras luce su imponente casco,
corcelete de luz, escudo y lanza,
además de llevar en las caderas
seductores aderezos femeninos.
 
Transporta los guerreros fallecidos
hasta el sitio adecuado, donde pueda
premiarlos con su compañía,
sus besos, sus caricias y aguamiel.
 
Su morada es tan sublime
que antiguas mujeres guerreaban
después de fallecer sus héroes,
o dejábanse caer sobre la espada
antes de lanzarse hacia la pira
donde ardían sus enamorados,
con el fin de penetrar en ella
y seguirlos a la eternidad.
 
Siente por los hados un cariño especial
cuando éstos danzan bajo la Luna clara,
alejados del mundo de los hombres;
tiene para ellos delicadas mieles
y muchas flores para sus castillos.
 
Por su pelo y sus brillantes ojos,
la diosa fue mirada muchas veces
como Señora perfecta de la Tierra;
casada con Odur, símbolo del Sol
que circunda las tardes de Verano,
tuvo con él dos hijas tan hermosas
que lo bello de toda Escandinavia
era sellado con sus dulces nombres.
 
Pero Odur dejó a Freya abandonada
por ser un dios errante y veleidoso;
ella lloró tanto que sus lágrimas
se transformaron en ámbar
cuando cayeron al mar.
 
Solitaria prosiguió la búsqueda
por diferentes lugares del planeta,
hasta encontrarlo bajo frescos arrayanes
en el distante y veraniego Sur,
donde volvieron a brindarse amor
sobre esos campos de vino generosos
y unos rayos de Sol tan esplendentes
como el alma de la inquieta diosa.
 
Al regreso, la hierba creció verde,
hubo flores y los pájaros cantaron
porque la tierra recobró su aliento
al mirarla sonriente y renovada.
 
Así Odur le prometió adorarla
con pasión tan dulce y tierna
que la diosa ya nunca lo olvidó,
jurando serse mutuamente fieles
al retornar a su nativo Norte.