Desde la montaña vieja,
donde yacen las estrellas dormidas,
trajeron aquella noche,
esa piedra enmohecida.
 
Nadie supo hasta ese entonces,
el fraile, para que la quería.
Viajó esa misma noche,
a una vieja aldea sombría.
 
Allí se entregó a sus labores,
los que le llevaron días.
Al final volvío al castillo 
y algo en sus manos traía.
 
Era un pedazo de estrella,
o un trozo de la misma vida,
o un ramillete de espuelas,
o quizá, la muerte misma.
 
El la llamó: " La Espada",
todos estallaron en risas,
Pero Mohamed el moro,
sospecho que no reía.
 
Él dijo: Traerá desgracia,
y la colera divina,
yo vigilaré ese demonio,
aunque Alá, todo lo mira.
 
Juan a pedido del fraile,
fue a traer la espada, y grita.
Junto a la maravillosa espada,
yace su cuerpo sin vida.
 
Mohamed, dijo:es el comienzo,
el fraile: Aquí termina.
Fue verdad para ambas partes,
la guerra empieza, la paz termina.
 
Yo pobre bufón de la corte,
miré a la cosa asesina,
dije a todos, marcharé.
Bendiceme, Madrecita...