Sábanas Frías
Publicado en Jul 31, 2010
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Poco a poco se introdujo en mi cuerpo…
Aunque he intentado sacarlo, terminó conquistándolo todo.
No llegó por invitación pero se quedó…
Me saturó de deseos y pasiones… 
En fin, el sexo que era inexistente  desde hace tiempo en mi vida pasó a primer lugar en mi mente.
Desde hace tiempo no se lo que es el sexo real, una noche de pasión con alguien, con cualquiera…
Creo que la última vez que tuve intimidad  fue una fortuita y no fue nada de especial…
Esto puede ser sensato si se trata de alguien que ya va arrimándose a sus ochenta años, o si yo fuera estéril.
¡Pero no es mi caso!
La rutina, el agotamiento diario, las inquietudes económicas y las otras miles de cosas me habían llevado a ese vacío sexual…
Hasta que una noche… 
2
 
No lo pensé mucho cuando me casé con Angélica.
Era la chica más guapa de la universidad y yo era uno  de los jóvenes  más atlético y populares. Los dos teníamos muchos admiradores y porque no decirlo, yo tenía tanto admiradoras  como admiradores.
Eso me hacía sentir muy bien. ¿A quien no le gustaba ser admirado por todos? 
Tuve siempre un aire de estrella y modelo de revista.
Recuerdo que recibí  muchas propuestas para modelar ropa masculina  cuando estudiaba en la Universidad. 
Posé para algunas revistas de la ciudad.
Solo hice modelaje para ropa interior y bañadores, nada más…
 ¡Tuve otras ofertas más atrevidas y deshonestas!
¡No, nunca posé desnudo!
 Aunque el dinero era muy atrayente y cuando uno estudia pasa las de Caín…
 
3
 
La situación de Angélica  y yo tuvo su  lógica…
Durante estos días hubiésemos conmemorado nuestras bodas de plata.
Dejé de mirarla como mujer  poco a poco.
Para los demás éramos el retrato del matrimonio perfecto. 
La buena apariencia física de ambos, nos servía de escudo para imposibilitar cualquier duda de camaradas y familiares.
Si, ya se, tienes una pregunta: ¿Por qué evitaba tener relaciones sexuales, si tenía salud, vivía con la persona elegida y el sexo supone placer, arrobamiento y es una manifestación de afecto?
Yo pensaba que mi condición  no es tan común, pero ahora sé que hay miles de matrimonios con la misma situación, pero a pesar de las estadísticas, mi historia es única, porque me está pasando a mí; y  yo no quería   que esto me sucediera.
Tengo cuarenta y dos años.
Opino que durante buena parte de mi vida, el estrés y las metas personales habían  estado en mi lista de prioridades, pero ahora, verme desnudo y con un buen físico estoy más próximo a la palabra sexo…
Muchas veces mi consigna era, en algún momento o cuando pueda se producirá algo en la cama con mi esposa…
Ahora,  no la necesito, no la busco…
Pero  no puedo dejar de pensar en ese ocupante que me persigue desde…
 
4
Pienso, que toda pareja percibe altas y bajas en sus relaciones íntimas; por los inconvenientes inherentes a la vida misma, pero ahora sé que el sexo es una parte total de todos nosotros como seres sexuales.
Todos tenemos necesidad de placer, de afectos, de ser reciprocados… 
Así lo concebía y muchas veces sin tener deseos, le colmé a Angélica  la cama de placeres sexuales sin sentirme reciprocado.
¡Acababa vacío!
Poco a poco fui utilizando  la cama  más para dormir que para dar y recibir placer…
Ninguno de los dos habíamos optado por eso…
No tomamos la decisión.
Sospecho que muchas parejas la toman consensualmente y mientras los dos estén de acuerdo, ahí nadie tiene que opinar…
Pero ninguno de nosotros, ni Angélica ni yo, concluimos por mutuo acuerdo que no haríamos el amor…
Lo raro del caso es que ella nunca se quejó...
Ella pensaba que no se trataba de traición.
Creo que eso la hacía sentir cómoda.
Bueno, bueno, al principio, luego…
¡No sé! 
Ahora no puedo ni pretendo definir lo que es fidelidad… 
Sabía que ambos poseíamos las mismas necesidades…
Eso me hacía sentir penado y muchas veces en las noches la buscaba para hacerle sentir que yo estaba  activo y ávido para un encuentro sexual, que yo podía tener problemas, pero  mi pene no los tenía, que con los años no habían mermado mis sensaciones…
Pero algo me impedía tomar la iniciativa…
Una sombra que con el tiempo se hizo más fuerte…
5
Entré por fisgoneo…
Solo la empleaba  para hacer mis compromisos docentes e  indagar una que otra información.
En mi inventario de favoritos solo había páginas deportivas y los periódicos del país.
Esa noche me conecté. Comprobé la gran cantidad de páginas disponibles.
En una corrida relámpago  pude ver que hay más de un millón de direcciones y documentos relacionados y una gran cantidad de páginas disponibles.
__ ¡Qué maravilla! Pensé.
Tomé mi calculadora, hice los cálculos correspondientes y encontré que el sesenta y ocho por ciento se dedican al sexo y al cachondeo.
¡Había para todos los gustos!
Y comencé con las páginas de  fotos y masturbaciones…
 
6
Aunque su nombre sugiere restricciones para menores, el único dato que me checaron fue la validez de mi tarjeta de crédito y una clave de acceso.
Tuve que abrir un correo electrónico súper secreto para  que nadie supiera que yo estaba entrando a esos lugares.
Me  aterraba la idea de que algunos de mis compañeros de oficina supieran de eso.
Comencé mirando fotos de artistas famosas que habían posado desnudas.
Esa noche miré miles de fotos que guardé en un archivo especial.
Me masturbé dos veces…
___ ¡Qué agradable sensación! me dije…
Me sentí culpable después de esa cochinada.
Pero al otro día volví a la misma página para ver otras fotos de mis celebridades.
La página era de mejor gusto y clase e incluso tenía algunas fotos reales de mujeres famosas.
 
7
 
Así comencé mi viaje sin regreso…
Compartía con  las fotos todas mis fantasías sexuales.
En unas cuantas semanas llegué a recopilar miles y miles de fotografías de  rubias, latinas, negras, orientales y maduras.
¡Eso sí, todos desnudas!
Algo que me causaba temor eran aquellos lugares donde presentaban menores de edad.
__ ¿Cómo puede existir gente que les guste las relaciones con menores?, me preguntaba.
8
Un fin de semana quise buscar un lugar donde pudiera hacer nuevas amigas, simplemente platicar y compartir mis fantasías.
Llené mi información, por supuesto, toda falsa.
Busqué  uno de mis mejores retratos  y lo coloqué como foto de perfil.
¡Me veía muy sexy y musculoso con aquel bañador rojo!
Ese mismo día comenzaron a llegar invitaciones  de amigas, que yo seleccionaba de acuerdos a mis gustos sexuales.
9
Inmediatamente comencé a contactar mujeres de todo el mundo.
¡Por supuesto que usé  un nombre falso para no ser reconocido!
¡Pobre Angélica!
¡Pensaba que me traía tanto trabajo para la casa!
Siempre  culminaba masturbándome…
Del chat pasé al sistema de videoconferencia, donde  la webcam  que es una cámara de computadora me  permitía  ver a las otras personas. 
En mi caso,  accedía ver a la otra persona masturbarse, mientras yo lo hacía   simultáneamente.
10
Hoy es viernes y ya  es muy tarde…
Hace tres meses que me separé de Angélica.
Hemos decidido estar alejados por un tiempo…
Esta noche entraré  a un grupo  donde se  me permite  ver  una orgia virtual  con varios participantes en pantalla.
Luego veré unas fotos muy cachondas, y  uno que otro video triple x.. 
Apagaré mi computadora.
11
¡Sólo dejaré encendida la tenue luz de mi  pequeño cuarto!
No sabía que la soledad me causaría fobias…
Miraré hacia el techo y luego hacia mi cama vacía.
Me arroparé con mi única sábana  que cada vez siento más fría…
¡Hasta que caiga rendido por el sueño!
¡Ojala sueñe con Penélope Cruz!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor José Luis Marrero
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Descripción

Un cuento sobre el uso o adición al sexo cibernetico

Palabras Clave: cuento

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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