Fui revelándome debajo de una nueva piel,
y fuera de ataduras,
me atreví  a exigir mis dominios
en un mundo real…
 
 Yo supe  lo que es probar de mi propia hiel,
y con mucha bravura,
defiendo siempre los más íntimos principios
en un mundo desigual…
 
 En el camino probé lo suave de la miel
y la grata dulzura
de unas  caricias esparcidas con delirios…
¡Una entrega total! 
 
Hoy, a mis ideales soy plenamente fiel.
Desmembré amarguras.
No me dejé hundir en el oculto precipicio…
¡Y decidí soñar!