Vendo misotrol
Publicado en Jun 27, 2010
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         Vendo misotrol
 
Las olas seguían el vaivén de tus caderas,
Mientras mis manos se aferraban a tu espalda,
Tus ojos cual estrellas en el cielo titilaban
Una noche, un día, una semana, un mes,
Para luego guardarte en el olvido.
 
Cinco meses cual flor se fueron marchitando,
Cinco meses que mi vientre van guardando,
Cada noche es un infierno, de ese hombre un mal recuerdo
En mis piernas siento el peso de tu vida
En mi rostro solamente una flor marchita.
 
Amiga, dulce amiga trayendo el silencio a mi vida
El suave sonar de tus tacones, el aroma de la muerte
El aroma de la muerte encerrado en un sobre,
Buena surte ella me dijo, el silencio es nuestro amigo,
No hay pecado si no hay ojos de hombre vivo.
 
El vaso con agua cristalina burbujeaba como espinas,
Tu corazón en mi encerrado latía cual caballo desbocado
En mi lengua el fuego se encendía, en mi boca la muerte
En mi estomago el silencio en mi corazón mil latidos
En mi mente, en mi mente, en mi mente el vacío.
 
Cual cuchillos hundiéndose en mi vientre tus latidos,
Cual tormentas cuales truenos los golpes de tus pies en mi ombligo
La lluvia azotando en los cristales va menguando
Tus latidos poco a poco se han ido marchitando
Y tus gritos silenciosos ya son cosa del pasado.
 
El sol asomando entre las nubes, y mi cara en el espejo,
Y mi cara en el espejo tan marchita como pétalos resecos,
El dolor en mi vientre no ha menguado cual espinas en mis manos
Veo sangre en todas partes, tu vida envuelta entre mis manos
No hay cuchillos ni hay espadas solo el sobre ajado entre mis manos.
 
“Vendo misotrol” fue mi condena, mi condena, mi condena
Mientras mis labios palidecen cual nieve entre tinieblas
Uno a uno los recuerdos van marchando, uno a mil el dolor me va matando,
Vamos niña decían los doctores, no te apagues en medio de la noche
Fueron días de agonía, de dolor, ausencia y de tristeza.
 
Cada día te recuerdo aquí en mi celda, veo tus manos aferradas a las mías,
Ya no hay cárcel ni tormentos, ni enfermeras que me digan asesina
Ya hay duda entre mis manos, solo niebla entre las hojas
Soy un árbol sin raíces, soy el viento entre las aguas,
Sigo prisionera aquí en mi mente del dolor de no tenerte.
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Foto del autor Caranndor
Textos Publicados: 170
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1 Comentarios 617 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

es un grito desesperado de un mujer en busca de consuelo, si bien yo no soy muy mujer deb pensar como tal para escribir este poema

Palabras Clave: dolor hijo silencio

Categoría: Poesa

Subcategoría: Filosfica



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kuky

caranndor eres hombre o mujer, ya que tu hablante lírico es una mujer, si eres hombre es muy meritorio tu escrito, y a la vez inmensamente triste y doloroso, el aborto un dolor sin rostro, pues marchó como nubes.
Responder
September 25, 2010
 

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busy