Loreto Sánchez de Peón
Publicado en Jun 24, 2010
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La panadera entraba al Cuartel realista siempre a la misma hora. A los soldados se le iban los ojos detrás de su figura alta y delgada, los ojos azules soñadores y el andar derechito de quien sostenía una canasta sobre la cabeza.

Iba con su vestidito humilde y dos bolsitas colgando de la cintura.

Marchaba ajena a las bromas y a las insolencias de la soldadesca.

En el momento en que se pasaba lista a la tropa, ella se sentaba sobre la tierra, como si descansara sus esfuerzos. Y con aspecto distraído oía los presente y los ausente.

Es que Loreto Sánchez de Peón era una espía, cuya función en esos dias era la de informar sobre el número de efectivos en las tropas de Pezuela, Olañeta y Laserna.

Como no sabía contar usaba una argucia. En el bolsillo de la falda, llevaba granos de maíz . A medida que se pasaba lista, colocaba un grano en la bolsa derecha si escuchaba "presente", o en la izquierda si oía un "ausente".

No se agotaban ahí sus servicios. Recorría a caballo los caminos entre Santa a Jujuy, a veces en ropas de varón, a veces escondiendo los partes en los ruedos de la falda. No temía subir en plena noche al cerro San Bernardo, llevando informes urgentes al puesto patriota.

Su víctima principal fue el Comandante Olañeta, pero también usaba sus encantos para obtener secretos militares de otros oficiales.

Cuenta Frías que el padre de Loreto fue un asturiano encargado de conducir los caudales del comercio hasta Buenos Aires, y los correspondientes a éste y al rey a España. Con esta función había amasado una cuantiosa fortuna. Como había quedado viudo cuando Loreto tenía 7 años, pensó en radicarse definitivamente en su patria. En el último viaje, llevando lo que era de la corona, y lo suyo propio, murió. El rey cargó con todo, ya que a la distancia no hubo quien defendiera a la huérfana.

Loreto vivió hasta los 105 años, y hasta el último día de su vida, lució en sus cabellos, moños celestes y blancos, que le recordaban la patria.

Cuando las fuerzas realistas se aposentaron en Salta y Jujuy, muchas de las mujeres que tenían hermanos, hijos, maridos, en las filas patriotas, decidieron quedarse en el territorio, ahora enemigo, y formaron una red de espionaje, sin el cual, hubiera sido muy complicado para los americanos, recuperar el territorio.

Esas mujeres, hicieron lo que todas las hembras han hecho cuando de espionaje se habla. Prestar oído, infiltrarse, enamorar oficiales para obtener información, para convencerles de pasarse al ejército revolucionario.

Si tuvieron miedo, lo vencieron. Y la particularidad fue que trabajaron mancomunadas, sin distingo de clase social.

La historia guardó algunos nombres, pero quedan cientos en el anonimato. Por cada mujer que cobró fama por sus actos, había por debajo una red de otras, colaborando.

Pezuela fue un comante terrible, amenazó a los hijos pequeños, azotó públicamente, confiscó bienes, emparedó a estas mujeres. Ellas no aflojaron, tenían en claro la hora histórica que les había tocado vivir, y la asumieron con todos sus riesgos.
 
 

© Ana di Cesare
 
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Descripción

Loreto Sánchez de Peón, una heroína del bicentenario

Palabras Clave: Bicentenario Loreto Sánchez de Peón Heroínas Mujer Pezuela Olañeta Laserna Salta jujuy Cerro San Bernardo

Categoría: Conocimiento

Subcategoría: Historia


Derechos de Autor: © Ana di Cesare

Enlace: http://porteniadas.blogspot.com/2010/06/loreto-san


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