Hoy, 23 de Mayo de 2010, se cumplen  18 años de la partida “del que vino de tierras lejanas para contarnos tantas cosas,” Don Atahualpa Yupanqui, el nombre artístico,  por nacimiento Héctor  Roberto Chavero, nacido en la pcia. de Buenos Aires.
El canto de los paisanos, sus vecinos, prendió en su alma y en la guitarra encontró el acompañamiento soñado para expresar el sentir de su pueblo.
Poeta y cantor, nadie como él para traducir en  palabras y notas los sentimientos que desbordan el  corazón del hombre. “Las penas y las vaquitas, se van por la misma senda.  Las penas son de nosotros, las vaquitas, son ajena”
Prohibido y censurado, se exilió en Francia. Cuando volvió, reconocido internacionalmente, eligió el lugar para vivir que  sería su refugio definitivo, su oasis personal. Lo encontró en el Cerro Colorado, al norte de Córdoba,  allí construyó su hogar y aunque sus giras lo obligaban a frecuentes viajes, siempre añoraba el regreso:
“No hay pago como mi pago, ¡Viva el Cerro Colorado!”
Hoy su casa es un museo muy visitado. En el jardín,  bajo la sombra de un roble, fueron depositadas sus cenizas junto a las de un famoso bailarín del folklore argentino y amigo personal,
Don Santiago Ayala, “El Chúcaro.”