¿Será que mi subconciente me traiciona y pocas veces me recuerda lo que realmente me
importa?
Estoy rodeada de humanos con sus necesidades y no veo la forma de completarme internamente.
La vida, esta vida, nos persigue constantemente. No nos damos cuenta de nuestro
enamoramiento hacia el aire, hacia la vida sin necesidades materiales.
Estamos enfermos, acostumbrados a este mundo de monotonía, materialismo y falta de dignidad
 como un completo ser humano que habita el planeta tierra, nacido con todos los derechos
habidos y por haber.
Existe un estado corrupto, basado en hechos millonarios que dividen a la sociedad.
Al alma le cuesta defenderse de esta enfermedad. La culpa es social y absolutamente mental.
Sin embargo, existe también una anarquía sin nombre a la cual pocas personas aducen
escapándose del resto del movimiento. Y realmente podrían formar una gran mente para
revolucionar desde la insana e hipócrita educación hasta la materia fecal que retuerce
nuestro intestino delgado del capitalismo en sociedad.