Era solo una noche para dos, platicamos de cosas triviales
con la mayor de la importancia, de mi, de ti, de los dos.

En cada una de tus sonrisas, sentía que me invitabas a
besarte, me mordía los labios disfrazando mi deseo con
una carcajada.

Dicen que las palabras se las lleva el viento, esto tiene
mucho de verdad y algo de mentira, porque aunque
no recuerdo tus palabras una por una, por muchas de ellas
al verlas salir de ti me enamoraba cada vez mas.

La luces se pusieron de colores, la estrellas se convirtieron
en colibrís, el ambiente aumentaba nuestros sudores,
nuestras miradas se dilataban, se acercaba la hora de
demostrarte que te amaba.

Tu pelo caía, como un bravo corcel en cada movimiento
de tu cabeza, parecía cabalgar entre olas del mar, que
en la arena terminan, me atrapaste quiero perder mis
dedos en ti para así tu cabello acariciar.

Como un ladrón, sin querer ser atrapado tome tu mano,
parecía que regresaba a la pubertad, temiendo que no
te fueras a enfadar, la acaricie, con roses pequeños como
si fuera un gorrión, tu piel tan suave, de entre mis piernas
un cañón se disparo,

Mi respiración cambio, y en ti también lo note, tus pechos
se irguieron como a punto de estallar, tus labios te traicionan
queriendo besar, tu lengua como látigo a raya los mantenía.

Es mi corazon el primero en correr hacia ti, mi cuerpo lo siguió
por minutos el mundo ya no giro, te bese como jamás bese.

Mi primera bocanada de ti, nuestras lenguas tuvieron vida
propia, se buscaron, se amaron, se desearon.

El silencio apareció, no existía el frio solo calor, mis labios
seguían en ti, solo se sentía música de latidos, una voz
en mi cabeza como un prisionero corriendo a la libertad
te gritaba, ¡TE AMO, TE AMO, TE AMO!.....

Uno cuanto centímetros no separamos, solo para beber aire
para continuar,,, (continuara)