Encontrada en mis laberintos
Publicado en Feb 05, 2010
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Ella me mira desafiante y altanera, desde la puerta de entrada de un edificio veraniego. Me invita a pasar a su departamento para hablar. Mientras espera mi respuesta, iracunda y frenética, a sus espaldas un grupo de desagradables mujeres comienza a colarse hacia el interior del edificio. Su banda personal de matones femeninos. Comprendo que su invitación a conversar supone hacerlo mediante el lenguaje de los nudillos.
Por algún desconocido motivo, esa mujer me detesta. Está deseosa de atraparme en su celada, ansiosa por ver mi rostro desfigurado por sus secuaces. Pero, al tiempo que le respondo “Estás loca si crees que voy a ir” es su tenso rostro el que se contorsiona y deforma bajo mi número treinta y seis y medio (a veces treinta y siete) que le incrusto sin remordimientos y con un rápido envión. Penetrantes alaridos invaden mi entorno, y mis número treinta y seis y medio al cuadrado, presurosos, me alejan rápidamente del peligro venidero luego de mi actitud pendenciera.
Corro. Escapo. Huyo. A los pocos segundos me hallo en una explanada donde un grupo de chicos practican un híbrido deporte frente a un paredón. Squash, softbol, fútbol o tal vez… quidditch. Los deportistas se desplazan por los aires a varios metros de altura por sobre el nivel del suelo.
Debo pasar por el espacio existente entre ellos y el muro en el cual descargan su ira arrojando pelotas. Tengo miedo de ser golpeada. Sin embargo, me arriesgo.
Camino presurosa, y a cada paso me voy elevando hacia la altura de los jugadores. Casi llegando al final de la cancha, me topo con un ex compañero del trabajo, que también había estudiado publicidad. Nos reconocemos, nos saludamos y comenzamos una animada conversación que a los pocos segundos nos entusiasma. Decidimos ir a algún lugar más apartado.
Sentados en una pequeña tapia, discurrimos. Fluimos en las palabras. A través de ellas.
Y mientras el caudal oratorio crece, también lo hace mi deseo por él. El calor me invade lentamente, desviando y subyugando mis pensamientos hasta reducirlos completamente.
Mi interior se debate entre fijar la atención en sus palabras y los impulsos que empiezan a carcomerme por dentro. Me roen. Me devastan.
La charla sigue su cauce, a pesar de que mis ojos están vueltos hacia mi interior, y el mundo externo se desdibuja lentamente…
Poco a poco las imágenes exteriores son reemplazadas por intensos ardores y ramalazos de dolor en mis zonas erógenas. Fugaces escenas carnales queman el fondo de mis retinas y se introducen por el nervio óptico. Huyen hacia el interior mi cuerpo. Y otras corrientes eléctricas subterráneas, subcutáneas, descontroladas, provenientes de arcanas zonas, comienzan a ascender desde los nervios pudendos… Sentidos inversos. Velocidad fulminante. La amenaza de choque es inminente. Mi columna se estremece por el veloz pasaje eléctrico y a la altura de mis vértebras lumbares se produce el estallido interno…
Abro mis ojos y lo veo sobre mí. A él, que no es él, si no otro. Engarzados ambos sobre un sillón. Aplastados y aplastantes. Él, cuya apariencia es la de otro. Otro ser de mi pasado. Un ser silencioso, cauteloso, de hablar pausado y medido, movimientos leves pero firmes.
Pero sé que él tampoco es él. Él es otro, y yo lo intuyo. Es otro de mi presente, y no de mis sueños. Porque en mis sueños también intuyo mi vigilia. El deseo de llevarlo a mis sueños fue tan poderoso que ahí está, ahí estamos, enredados sobre un sofá.
Deseos viscerales y primitivos, arrastrados de generación en generación en mi ADN se agolpan en mi ser, y caigo presa de ellos. Presa de él. Presa de mí. Presa a punto de ser devorada. Comenzando por mi boca. Pero también devoro. Cazador cazado.
Y mi piel a rayas muta a círculos negros, blancos, dorados, se convierte en llamas que me abrasan la piel y quedan aprisionadas entre mis vestimentas cotidianas. Mis ropas siguen allí, puestas, y también las suyas. Ropajes que se frotan y elevan su temperatura. Quiero mostrar mi piel de fiera. Quiero observar su piel bestial. Pero no puedo despegarme de su cuerpo. Encastrados a pesar de la ropa. Engastados en los poros del otro. Isquion, ilión y pubis por duplicado, enclavados, articulados. Encajados en nuestras mutuas concavidades y convexidades.
Tiemblo. Renuncio. Cedo. Al sueño. A mí. A él. A seguir el sueño. No quiero despertar. Pero tampoco seguir en este sueño. Abro mis ojos. No estoy soñando. Él está ahí. Yo estoy ahí.
Ahí y acá. Allí y aquí. ¿Dónde? No lo sé. No quiero saberlo. No quiero soñar despierta.
Quiero huir, correr, ascender, elevarme en palabras de ida y vuelta, descender por los cuerpos, caminar por las pieles, y caer rendida.
Sin prisa. Sin pausa. Sin restricciones. Sin coacciones. Sin urgencias. Sin invenciones. Sin ficciones.
Aunque me queme. Aunque me abrase. Aunque sucumba.
Quiero perderme en el presente. Tan eterno. Y tan efímero.
Y por fin me pierdo. Y por fin me encuentro.
Página 1 / 1
Foto del autor Julieta
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Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



Comentarios (6)add comment
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LOBOLEJANO

Rescato este texto genial bella amiga. Escrito impecablente ¿sueño dentro de un sueño?......
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October 23, 2010
 

Julieta

Lo mismo, Edgar, GRACIAS TOTALES (como decimos acá, emulando a un músico).
Besos.
Responder
February 15, 2010
 

Edgar Omar Neyra

Julieta:Ahora que regreso me da mucho gust saber que sigues por acà apesar de todò.En lo especial ami me encanto estè trabajo ya que transmites cada momento muy bien es como si fuese un sueño lindo pero a la misma vez pesadilla ya que poco a poco le das un giro a tùs letras de manera exepcional,tal parece que los que aùn no se han dado el honor a pasar por aquì estan algo perdidos.Con todo respeto.No te preocupes apesar de todo yo aquì sigo junto atì y màs fiel que nunca ante tùs letras.No te preocupes los lectores poco a poco llegaràn.
Saludos.Un abrazo.Te deseo mucha suerte
Besototototototes...Tù amigo siempre fiel..Edgar Omar..
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February 12, 2010
 

Daniel Florentino Lpez

Me gustó!
Excelente el remate
Un abrazo
Daniel
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February 10, 2010
 

Julieta

Nadie comentó :(
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February 10, 2010
 

Julieta

¡¡¡Que les apetezca!!!
Responder
February 05, 2010
 

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