Romance de Doña Cristina y Don José
Al estilo medieval
 
Se aclara a los lectores
Con gran insistencia
Que todo parecido con la realidad
Es mera coincidencia.
El Juglar
 
Don José era un hombre, en años entrado
A la joven Doña Cristina había desposado
A la bella mujer le daba grandes y muchos cuidados
Pero a causa de sus negocios siempre muy ocupado
Doña Cristina conoció a un joven fuerte y lozano
Primero lo saludaba desde lejos, desde la estancia
Luego su juventud fue acortando la distancia
Primero hablaron un tiempo en el portal
Esto a la vista de todos, no estaba mal
Mas luego paseaban por el jardín hermoso
Siempre en los días de ausencia de su esposo
Aunque de sus principios hicieron reproche
Los jóvenes comenzaron a verse de noche
Doña Cristina a la mañana muy alegre se sentía
Y Don José pensaba que era causa de su alegría
Cierto día don José preparó caballerías y atalajes
Para emprender de negocios, un largo viaje
El amante se había vuelto osado llegando al lecho
Cuando entró Don José, era un ardid el viaje del viejo
En la diestra un enorme trabuco empuñado
Ay, dijo el joven cayendo desplomado
¿Cómo, por que? Si nadie ha disparado
De susto aquel efebo quedó infartado
Lívida Doña Cristina esperó el disparo
Pero Don José a viva voz llamó a su criado
Le pidió que pusiera una reja en la ventana
Con premura esa misma mañana
Pues un ladrón a la alcoba había entrado
Y ahora yacía muerto en el piso tirado
Suspiró aliviada Doña Cristina, el honor salvado.
Don José cuenta a todos sus amigos
Lo valiente que ha sido en el peligro
La vida en la gran casa sigue con nobleza
Siendo de la aldea, ejemplo la pareja
Doña Cristina muy buena ama de casa
Como de costumbre Don José siempre viaja
Doña Cristina cuan una joven y bella doncella
de tanto en tanto se arrima al portón de la casa
Para ver si por la calle un mancebo pasa
Y por si acaso se fija en ella.
 
 
MORALEJA (Cada cual formula la suya)