Amanece
un nuevo sol calcinante despierta al frio pavimento
la gris ciudad enciende los pegajosos colores
el sueño desaparece como una niebla

las 6 de la mañana
no queda una gota de sueño
en cambio el hambre hace mella en las tripas descuartizadas
la sed se convierte en un ovillo amalgamado sabor a queso rancio
el del espejo me devuelve una mirada cansada
de ojos rojos y boca amargada

amanece
la promesa de un dia distinto se yergue
como una mentira mal disimulada
como un discurso en un pulpito apestado
vagas ilusiones de falasias que no prevalecen

amanece
cama seca de llantos apretados
dibujos en las paredes con los dedos destrozados
y una luz mortecina que me grita que amanece...