Me contaba mi abuela QPD, que una joven hija de un humilde peòn o jornalero de la Hacienda se casò su hija una muchacha hermosìsima con hermosos sentimientos a pesar de su bajo estrato social y econòmico, al arreglarla para la boda por la Iglesia, le colocaron el vestido que el novio habìa hecho traer con anticipaciòn desde Francia y la peinaron primorosamente, parecìa una imagen de las vìrgenes que pintaba Rafael Sanzio, pero tenìan que sostener el velo y el tocado, asì transcurriò el tiempo hasta que terminò la ceremonia y llegaron a la alcoba nupcial, cuando el ahora esposo le retiro el tocado y el velo, lanzò un grito de horror y al momento la desposada cayò desmayada sin sentido, sucede que las mujeres que la ayudaron a prepararse, le tenìan tanta envidia por no ser ninguna de ellas la escogida los grandes alfileres se los habìan enterrado en el cràneo, y ella como creìa que eso era lo normal habìa soportado hasta que llegò a su limite al llegar a su alcoba nupcial