Nos miramos en el silencio tacito del café, como esperando que el otro diga por vez primera Adios. Reimos y miramos a la Torre Eiffel donde otrora fuimos felices en aquella noche cuando cruzamos simples miradas y así sin saber quisiera nuestros nombres nos entregamos al amor y a la pasión. Despues de todo, fueron vacaciones, nos tomamos el oscuro y exquisito bebedizo y nos decimos hasta siempre con solo mirarnos. Marchamos en direcciones opuestas, disimiles...
Ahora camino por Montmartre, viendo los viejos adoquines, tratando de encontrar tirado en el piso una señal que me lleve de nuevo a ti, me llamo cobarde y me reclamo por no tener la valentia de pedirte que te quedaras otra vez en mi cuartito triste de sengunda, en aquel hotel que parece caerse cuando crujen por la pasión de quienes lo habitan. Compro una botella de tinto y una baguette, con los ojos humedos entro en el hotel y una cortina de plateado humo me recibe... y apareces tu... esperandome con tus ojos tristes y tus labios abiertos pidiendome amor. Te abrazo y te digo Bonsoir Mon Amour, Comment allez-vous? y nos reimos porque despues de todo es lo unico que se decir en frances.