Iras a escribir tus últimos versos en un lugar lejano, el editor te proporcionara una hermosa cabaña en una montaña de Los Andes, sin teléfono, sin televisión, sin nada y nadie cerca, tal como se lo pedistes. No querras que nadie interrumpa tu amorio con las musas, querras escribir otro exito, por eso te alejaras del mundo, seran dos o tres meses en la cual tu crees que podras plasmar la nueva poesía latinoamericana. Te levantaras tomaras el avión y luego el taxi o mejor dicho el rústico que te llevara a la comoda cabaña, que estara surtida de alimentos, medicinas, agua, una antigua máquina de escribir, resmas de blanquisimo papel blanco, claro no querras llevarte tu lapto porque piensas que mientras más alejado de las tecnologias más facil será tu hermosa creación, tampoco llevaras el celular, porque quieres estar lo más primario, lo más humano posible.
Será una noche fría, colocaras tus maletas y enseguida... claro esta, despues de tomar unas copitas ricas de vino tinto, te pondras escribir, colocaras la opalina hoja tipo carta sobre el rodillo negro de la máquina y rodaras hasta cuadrarla con mágica perfección y teclearas como un majestuoso pianista aquellas notas, arpegios, corcheas de negrisimo ver, que quedaran plasmadas como los oscuros cuervos sobre un claro cielo lleno de nubes. Pasaras casi seis horas, inventaras situaciones, conjugaras, adjetivizaras, recrearas emociones... estaras cansado pero las musas te tendran frenetico con sus ardientes besos, tu mente con la agilidad de una ardilla recogera nueces en el campo verde del Parnaso, tus dedos tendran la velocidad del miedo y el terror, y asi teclearas hasta que una pequeña vena de tu sien se reventara y caeras paralizado al piso.
Llevaras asi mucho tiempo, despertaras y no sabras lo que ha pasado, estaras paralizado del cuello hasta los pies solo podras mover la cabeza, podras ver y hasta hablar... pero todo sera en vano. Ves que las páginas hermosas que escribistes estan también en el piso, regadas como las hojas secas de un triste otoño, gritaras con desesperación pidiendo ayuda, pero nadie te oira, volveras a quedarte dormido porque entre la angustia de verte indefenso y el fuerte dolor de cabeza al fin te venceran. Así en despertar y despertar moriras de inanición, angustia y terror, te vendra un colpaso nervioso y tendras un terrible infarto fulminante y ahi en plena soledad quedaras con tus musas y tu eterna vanidad.
Tu funeral será grandioso, todas las personas del mundo cultural se presentaran a tu entierro, llenaran de flores la ciudad, lloraran, lamentaran la perdida de tan insigne poeta, la prensa reseñara tu terrible muerte y también publicaran la obra postuma que editaran, que de seguro diran algunos especialistas y críticos será el nuevo boom de las letras hispanas, que mejoraras lo ya leido... cuando solo pudistes escribir:
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...
ya no puedo más con mi soledad...
ya no puedo más con mi vanidad...