Novela oscura y policial (6 parte) - Mis mujeres, pelea de bar...
Publicado en Jan 15, 2010
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                                                              VI
 
         Desperté asustado. Sudando frío, hueón. Soñaba que estaba con “ella”, ella… ella, una de mis primas, el sueño de todo hombre no puritano ni hipócrita que tiene la suerte de tener una o mas medias hermanas hijas de tías o tíos políticos o sanguíneos y en edad de “merecer”, hombres no puritanos que son el terror de hombres o mujeres de familia media católica o evangélica o de esas sectas medio cristoides con ideas extraviadamente puras, que tienen hijas de este tipo y por otro lado a parientes calentones que les echan el ojo con no muy nobles intenciones, o ella, mi mejor amiga, mi hermana de años, a quien olvide un día decirle lo que me importaba por dejarme llevar por ideales altruistas que nada o poco tienen ahora que ver con mi oscura realidad y que siempre he mirado como a una mujer de respeto, con esa admiración de hijo prodigo y con el valor que se merece y que difícilmente veo como una novia o compañera o siquiera, y mucho menos, amante…  “ella”, alguna mina que no ha aparecido en mi mapa aun, alguna del camino, de la calle, de las ideas, esa mujer ideal que aparece solo en sueños medio lúdicos, esa que pinto, que fotografío, que veo solo bajo la influencia de las drogas y el alcohol, ella, mi ex, otrora compañera de vida que sin embargo no llegó mas allá de cinco años y eso… Esas cosas me asustaban.
 
         Día libre. No puedes decir que tienes un día libre como el resto del mundo. El ser policía (o sea detective) te llena la semana de trabajo, y aunque no estés de servicio estás de servicio. Así es la cosa. Si nos pagaran horas extras tendría para una casa nueva en dos meses. Pero eso al gobierno no le interesa. Ni menos a los que manejan la hueá.
         Así que me encontré en un restorán folclórico por ahi por Avenida Matta tomándome unas chelas y comiendo el plato del día que costaba barato. No podía darme lujos ahora. Ni menos despegarme del celular o del radio de cargo. Porque podía estar en la mejor de las fiestas y debía partir a un caso… una mierda…
        
         No sé cómo pasó. Estaba medio curao, un grupito atrás mío hablaba fuerte y reía, hablaban del Golpe y de Pinocho, hablaban de luchar y resistir, otro hueón alegaba de que les sirvió tirar panfletos y arriesgar el culo en dictadura si al final el hueón entregó el poder por las buenas, o casi, y otro le rebatía que eso fue por causa de que las protestas y el activismo y la hueá, uno echó la foca por los ratis, y entonces se armó porque un hueón le dijo a otro que el que estaba ahí era rati, o sea yo, y empezaron con sus cuchicheos, y no faltó el subido a revolucionario que se paró y me fue a “enfrentar” preguntándome su era rati o no, que tenía pinta, que si acaso andaba buscando mocha, le dije que se fuera a sentar mejor, que no me hueviara, y en menos de un peo de vieja se había armado la de trole y mole como diría mi abuela y vasos iban, combos venían, sillas, gritos, y terminé la noche que se supone era de relajo echándole la foca a los pacos que se estaban llevando a todos los hueónes detenidos, les mostré la placa, les dije que me estaban arrestando por las hueas no mas, que no podían, y el paco me dijo que me calmara, cuando estaba más calmado que la chucha, y apareció el capi, ordenándole a los pacos que me soltaran, que no podían detener a un policía, y los tira y afloja, que estaba borracho, que había sido yo el que empezó, y echándonos los milicos, y al final terminé en la oficina del mayor a eso de las 3 de la mañana. Con su cara me decía todo, con su cara de prepotente nos echó la foca al capi y a mí, que estaba arriesgando la placa, que esto y lo otro, que no quería saber otra vez de mí, al menos no metido en esas cosas, y terminé dándole un informe oral de mi investigación que para qué decir que le pareció inconsistente, liviana, básica por decir lo menos, y que esperaba un informe detallado sin teorías ni suposiciones ni fantasías delirantes en su escritorio al otro día en la mañana, que quería pruebas, no conjeturas ni teorías ni ideas ni nada de eso. El capi también me tapó a focasos cuando salimos de la ofi del mayor. Que tuviera cuidado, me dijo, que la Diis estaba metiendo su raja en la oficina, que la cosa se estaba poniendo fea y que el mayor andaba buscando poco menos que una excusa para cagarse a cualquiera para quedar bien los hueas de la DIIs y más encima se me ocurría agarrarme con paisas y en un sector notablemente comunacho…
  ¿Comunacho? De pronto volví a los 80s, a Pinocho dando lata por cadena nacional de esas que duraban dos horas de un discurso de mesa golpada, de amenazas a los marxistas leninintas imaginarios, a los extremistas que le darian risa a los de Al Qaeda, a las protestas estudiantiles, todo eso.
         Todavía vivían algunos hueónes alabando a pinocho, como el mayor que tenía una foto del hueón dándole la mano en la Moneda hacia como 13 años atrás. Daba vergüenza ajena a veces tanta pinochetada en los cuarteles. Como los marinos que aun creían que el hueón era el “salvador” de Chile y esa mierda. Todavía vivían con lo del “enemigo interno” y esa mierda pasada a fascismo… y como mas encima algunos hueónes como el mayor me tenían por “corazón de sandia” era obvio que las tenían contra mí por sus putos prejuicios de ultraderecha...
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Foto del autor Darth Klauss Demon
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1 Comentarios 322 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: mujeres peleas.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: 2010 Klauss Demon

Derechos de Autor: Klauss Demon


Comentarios (1)add comment
menos espacio | mas espacio

Darth Klauss Demon

Version ni tan revisada 1.5.

Con unas chelas se escribe mejor... ajaja!!
Responder
February 01, 2010
 

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