Pañuelo de lágrimas, agenda de viajes,
un set de impresiones que juntos fundamos
para la memoria,
aquí celebrada en las hojas ajadas del viejo cuaderno,
que pugna el deseo,
que llora en el viento de los solitarios,
como mis palabras que leen despacio tu
amor servilleta, inmortal desafío que un día lanzaste
para que te sienta mas mía
y no tan lejana del negro secreto que luego
sabría no me confesaste.
Te juro por nada que tengo tus bragas, tan rojas sedientas
de amar por la espalda,
tu piedra preciosa que nunca arrojaste a las bocas fervientes
de ingratos amantes.
Ahora es tiempo de homenajearte,
velando estos versos firmes junto al baúl cajita kitsch
que me pintaste con gusto a gloria.
Yo se que un fuego seria justo,
aunque esas fotos no lo merecen,
y que tu anillo sobreviviente no se consuela.  
Tumba vibrante que hoy estorba,
tal vez sea breve esta ceremonia
y el fuego justo será verdugo de nuestra historia
aunque cenizas vengan deprisa por la venganza.