Despuès de tanto tiempo de vivir y sufrir en la soledad sin que nadie estuviera al pendiente,de lo que le sucedìa la abuela murìo.Sus ùltimos años de vida los compartiò junto a un animal feo y de color negro e igual de viejo còmo sus arrugas.Aquel ser la trataba còmo una reina,siempre estàba atendo a lo que le sucedìa a la abuela la acariziaba la besaba,la mimaba y hasta le hacia ternuras.
Sus familiares años atràs,se habìan olvidado por completo de ella,ya no la visitabàn,ni la valorabàn solo esperabàn que muriera lo màs pronto posible.El dìa de su muerte llegò despuès de ir al entierro,los familiares,nietos y amigos se preparabàn para lo màs fuerte para saber y averiguar aquièn se le otorgarìa la herencia.
En la sala todòs se encontrabàn sentados,miràndose unos a otros ansiosos por tener todàs las riquezas que la abuela habìa dejado tras su muerte.Despuès de tomar miles de tazas de cafè y vino tinto,el abogado habìa llegado con el testamento y la firma de la ahora occisa bien escrita sobre el documento en dondè manifestaba quièn serìa el heredero.
Lentamente fue sacando de su portafolio,y comenzò a leer en voz alta mientras los familiares se encontrabàn atentos, a lo que el abogado leìa.Al final del testamento declaraba en la hoja tamaño carta que la abuela le habìa dejado todos sus bienes y raìces aquel ser que estuvo atento los ultimos años de su vida.Sorprendidos todòs al enterarse de la noticia, màs que el propio heredero,solo les quedo aceptar que el gato negro el ùnico dueño de todò lo que le pertenecìa a la abuela,mientras sus familiares nietos y amigos partieron a casa con las manos vacìas.
 
                                             Edgar The Sacrifice 09