Quizás la noche de insomnio es causada por la ansiedad, esa que trae a la duda en sus espaldas provoco que este acá jugando a conformarme con algunas líneas de poesía en prosa.
Tal vez la necesidad de estar entre tus brazos y consumirme en tus labios genere esta sensación de tenerlo todo y de repente no tener nada.
Poseer muchas preguntas en la cabeza y tan solo algunas aproximaciones a respuestas va gastando mis energías. Encima estas lejos.
Este insomnio que huele a martes se enfrenta a un espejo perplejo por la imagen que refleja; prontamente se dio cuenta que ayer era alguien y hoy es otro.
No es bueno sentirse una sombra como tampoco lo es fingir ser la persona.
La madrugada sigue su curso y va dejando sus huellas por debajo de mis ojos.
La música del reloj me condena a sentirme lejos de vos, aun sabiendo que hay un pensamiento más fuerte que nos une.
Creo que hoy me quejo porque te necesito acá y tan solo tengo un portarretrato con una foto robada.
Me hace falta un café pero tengo miedo no poder ver la claridad a través de el.
Algunas sonrisas plásticas buscan consolarme pero no ayudan (se que son falsas).
El insomnio es el peor estado para alguien que extraña y que suele vestirse como poeta.
¿Donde estas?
En realidad se donde, pero evito decir lejos ya que eso no remedia nada sino por el contrario: condena.
Es verdad, extraño tu perfume, tus caricias, tus ojos casi miel y tus ritos para amar que a veces cuestiono pero que hoy deseo.
¿Dónde estas?
Lejos. Creo que supere el miedo.
¿Dónde estas?
Lejos y cerca. Lejos porque estas en brasil (físicamente). Cerca porque estas en esta poesía.
De un momento a otro la esperanza inundo mi alma y acaricio con luz la sombra en la cual me había convertido.
“boa noit, sonhe com os anjinhos”.
Mañana va a faltar menos para verte.
Duermo, entonces para poder verte en mis sueños.
La mejor receta para el insomnio sos vos.