Mi mano está extendida,
con la pureza de mi alma
y la fuerza de mi espíritu,
en toda su plenitud de amigo.
Mi corazón está desnudo
como un pajarillo en primavera
con el cuerpo apenas cubierto
esperando el alimento para vivir.
Miro fijamente el firmamento
para percibir a la estrella más
resplandeciente;
¡eres tú, eres tú!
-grita ingenuamente mi interior-.
Aquí estoy expuesto
con el pecho desnudo,
como un condenado al paredón,
esperando el proyectil de tu interior.
Aquí estoy con los brazos abiertos
escuchando la armonía de tu voz,
con la cara al cielo
como quien ora a Dios.
El viento sopla raudo y fiero
en la saliente del risco amenazante,
la realidad golpea de frente
como gotas hirientes en el rostro,
raudo y fiero el destino
me amenaza con arrancarte
de un golpe de mi camino.
Ven, no tengas miedo
soy un loco normal,
soy el ser que emprende
el vuelo por el cielo
de sus sueños y los convierte
en realidad,
pese a la adversidad.
Soy por ti...
el anhelo de vivir
en el más puro amor.