CALAVERAS COMPLICES
I
Dijese y mas que bien sabido
el pútrido afán mórbido de aquel hibrido
que en laberintos anida
y pues ni de ahí
pero hasta allá
fue la muerte misma que viste y sin trabas
la que conjuga y ríe...rima y petiza la mortífera cima poética, calaca.
Espectral, la epístola manceba del elocuente aquel,
el que nunca será un poeta, por que hasta ella misma sabe que no tiene flores en su casa,
pluma, papel, tinta falsa descubre la señora en su escondite,
de puntitas y descalza doña muerte a la alza en barítono entona:
-Tu que me invocas en cada chiste trazado en aquel portal
bienaventurado tu afán de tenerme en tu palma izquierda cual aullido o ritornelo,
pues que te lo sepas que es abismal el entorno ese que tu intentas y tramas
en comparsa con lo que yo creo. Pues no eres muerte, letras limpias, tampoco evocas vida,
sucias letras,
pues eres tan predecible como el verso en pléyades,
ante el mar admito que nunca me has tenido miedo y no será por eso que no te llevare Hoz
Leudnadez.
Y andando en prosa, la muerte vistió a su servidor de duda e incrédulo
pues si la invoco y la ansío ¿por que será que con ella no cuento?
-Escuchad -dice y callado quedo - Pues aunque tu incoherencia me invita, en sexual encuentro
ni porque me invoques en el carnal forje de tus húmedos versos serás mi comida, mas yo tu
hambre, he de confesaros aquí, calcina los planes con migo, cancela el vestido de novia,
dile a los invitados que tu vida no es mía, a los enemigos que no habrá boda con todo el escarnio
en boca...que efectivamente se busquen fiesta otra por que tu alma del todo no me concierne.
¿Pero porque? muerte egoísta, muerte puta, muerte infame, muerte androgina, carente, rabieta,
orgullosa, imprudente, del signo capricornio, caprichosa, frígida, turbia y celosa...
¿por que? ¿dime porque?
Y la veo alejarse con mi deseo en sus dientes me ha dejado aquí...sin esperanza aparente
cuando desde lejos grita:
-Helo ahí en berrinche el poeta que no se cansa de tratar de convencernos de que en verdad lo
es, su vida no puede ser mía puesto a que otro espíritu entre sus manos trama,
comérselo sin parpadeo alguno.
Y el exclama, exige grita y gime, sin saber que existe aquella otra dama, la que admite
la que en verdad a de matarlo con énfasis de su alabarda, y es ella...Su Cómplice De La Prosa
Sublime.