Esperaste y esperaste tus manos llenaste
Tu corazón reservaste para la gran ocasión
Mil ideas te formaste, hasta construir una ilusión
Ya no me veías lo que estaba frente a ti
Solo lo que tus ojos cansados de la espera anhelaban encontrar
Desbordaste tus sentimientos, sin antes cerciorarte
Que realmente era ella la que soñaste
Que de verdad a ti quisiera entregarse
Que en su corazón naciera el deseo de amarte
Durante el camino de muchas almas te alimentaste
Quizás de sus amores te aprovechaste
¿Será que es el turno de la vida para cobrarte?
Que irónico resulta el destino
Que la trajo hasta aquí contigo
Solo para que la pudieras admirar
Radiante, joven y llena de pasión
Se te convierte en un volcán sin corazón
Las fuerzas no te alcanzan
Nunca podrás inclinar la balanza
Pronto se marchara.
Y tu anciano soñador no la podrás alcanzar.