La maldicion
Publicado en Oct 17, 2009
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Mi compañera y yo corríamos tanto como nos permitían nuestras fuerzas. Corríamos por nuestras vidas, como tantas veces desde que tengo uso de razón. Corríamos por el campo, que era nuestro hogar.
Tantas perdidas de amigos, familiares y desconocidos que ya no volverán jamás, que han muerto delante de nuestros ojos por esa maldita maldición que azotaba desde hace miles de años a nuestra especie.
Esta vez nos había tocado a mi compañera y a mí. Las bestias nos habían olido y nos habían elegido. Otros de nuestra especie que corrían a nuestro lado cambiaron de dirección cuando se percataron que nosotros éramos los elegidos, y no les culpo, yo he hecho lo mismo ciento de veces, quedarse a nuestro lado era la muerte segura.
Por las bocas babeantes de las bestias salían unos sonidos aterradores, los mimos sonidos que me obligaban taparme las orejas cuando estaba seguro en mi hogar y otros tenían la suerte echada.
Las bestias tenían dos veces mi tamaño. Aunque éramos muy rápidos las bestias lo eran también, además una vez que nos oliesen no perdían nuestro rastro.
Cada vez teníamos mas cerca a las bestias, sus voces eran aterradoras, hasta tal punto que solo corríamos por puro instinto de supervivencia, si no, hacia rato que me habría rendido por no escuchar sus terroríficas voces y así poner fin al miedo de mis peores pesadillas, aunque hubiese supuesto mi muerte.
Mi compañera iba unos metros delante de mí, a lo mejor ella tenia suerte y podría escapar, si, eso es, tengo que distraer a las bestias, llamar su atención sobre mí, no podíamos caer los dos. Ella tiene que cuidar de nuestros hijos que están solo en casa.
Estaba convencido, ralentizaría mi marcha un poco y después cambiaria de dirección para que las bestias se ensañaran conmigo.
Un estruendo muy fuerte sonó a nuestro alrededor. Mi compañera salió disparada en sentido oblicuo a la dirección que iba. La piel del costado de su cuerpo se abrió como se abre un capullo con el sol de la mañana, dejando al descubierto un amasijo de costillas rotas, clavadas en la carne, que estaba teñida de rojo por la sangre.
Todo eso ocurría unos metros delante de mi, mi mundo entero se derrumbo en un instante. Yo quede paralizado de terror y de pena al ver a mi compañera delante de mí.
Una de las bestias me agarro entre sus fauces y otra agarro a mi compañera ya muerta entre las suyas. Las bestias que nos agarraron se dieron la vuelta por donde habían venido mientras que el resto de las bestias seguían con su caza.
Las bestias que nos transportaban a mi compañera y a mi nos llevaron en presencia de su amo, que era dos veces mas grande que las propias bestias.
La bestia que transporto a mi compañera la soltó delante de sus pies. La que me transportaba a mi esperó que su amo me cogiera. Este me agarro del cuello y me alzo hasta llegar a la altura de poner mis ojos frente a los suyo. Mi miedo era in descriptible, sabia que mi fin había llegado, sabia que mis hijos morirían de hambre por no tener quien les cuidase, también sabia que la vida ya no merecía la pena sin mi amada a mi vera.
El amo de las bestias mando a estas que entraran en una jaula que al parecer era la morada de las susodichas, cerro la puerta de la jaula y entre sonidos extraños que salían de su boca me soltó de nuevo en el suelo.
Instintivamente eche a correr y me oculte donde pude.
El cazador sostenía el conejo en alto.
-te has librado por muy poquito amiguito, porque ya he cubierto el cupo de caza por hoy-. Dijo al tiempo que soltaba al conejo en el suelo de nuevo.
El cazador se quedo mirando como el conejo se perdía por los matorrales mientras pensaba lo benevolente que había sido con aquel pobre animalito. Esbozo un sonrisa y se giro.
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Foto del autor Aete
Textos Publicados: 63
Miembro desde: Oct 16, 2009
2 Comentarios 438 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: supervivencia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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Aete

gracias Gabriel, me gusta darle otro enfoque a las cosas
un saludo
Responder
October 17, 2009
 

gabriel falconi

muy bueno
interesane ver al mundo desde otro angulo
las cosas terribles que ocurren en la naturaleza y nadie las puede contar
Responder
October 17, 2009
 

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