Me dijeron que no entrara, pero yo no hice caso, lo suficiente que me quieran prohibir o aconsejar, para que yo haga lo contrario.
Entre en la casa y estaba polvorienta, llena de telarañas, las ventanas selladas con tablas que apenas dejaban pasar algunos rayos de luz voluminosos a causa del polvo, lo cual la hacia mas tétrica.
Me encontraba en el salón principal, donde había varios muebles tapados con sabanas y cubiertos de polvo. Hacia la derecha vi una puerta entre abierta donde pude vislumbrar algunos utensilios de cocina colgados en la pared de su interior. En la parte izquierda había una puerta cerrada, pensé que se trataría de un despacho o una pequeña biblioteca. Delante de mí se encontraba una escalera de tipo renacentista con alfombra raída inclusive.
Escuche un ruido arriba y se me puso la piel de gallina, lo cual me enfado mucho al saber lo sugestionado que estaba. Este enfado hizo que me dispusiera descubrir que lo había causado. Empecé a subir las escaleras lentamente, cada peldaño que subía, la escalera gruñía de dolor y a mitad de la escalera, mi pie izquierdo se adentro en el peldaño hasta la rodilla, las astillas del peldaño roto se me clavaron en la pierna y yo me mordí el labio inferior bufando de dolor. Saque la pierna que estaba empezando a sangrar y busque el baño en la zona superior de la casa para limpiarme la herida y sacarme las astillas.
La parte superior de la casa era más tétrica si cabe. Había menos luz que en la parte inferior de la casa.
Entre en un pasillo donde la decoración que tenía era papel pintado descolgado y arrancado a jirones. La poca luz que había llegaba desde alguna habitación abierta, que a su vez le entraba desde su ventana sellada con tablas. La visión fue casi monocromática, con distintos tonos de grises y negro.
Al fondo encontre el baño, mi enfado se fue convirtiendo paulatinamente miedo y la sugestión clavo sus garras en mi nuca.
Entre en el baño buscando un lavabo y lo encontré a duras penas con la poca visión que tenia. Abrí el grifo para lavarme la pierna, cogí agua con las dos manos y me enjuague la pierna. Cuando levanté la cabeza no reconocí la imagen del espejo, me pareció que quien había en el espejo era una persona muy mayor, con la cara muy arrugada, pero con mi ropa. El corazón empezó a latir a mil por hora, yo sabía que esto no podía pasar, pero tenía mucho miedo.
Cuando de repente algo salto de detrás de mi contra mi espalda. Yo salí corriendo pegándome con el quicio de la puerta del baño, caí rodando pero me puse de pie en un salto y seguí corriendo, baje la escalera saltando los escalones de cuatro en cuatro y en el segundo salto el peldaño reventó con mi peso, pero mi cuerpo seguía hacia delante a causa de la inercia, por lo que me partí la pierna y baje rodando el resto de escalera con la pierna haciendo movimientos antinaturales. Cuando llegue al suelo quede boca arriba y mirando el pasillo del final de la escalera. Mi miedo me ahogaba. La aparición de una sombra en el pasillo hizo que mi corazón corriese aun más. La sombra se hacia cada vez mayor y mi corazón se detuvo de repente, mi vista empezó a nublarse, mis pulmones dejaron de respirar y mi visión periférica se iba reduciendo poco a poco entorno al pasillo y lo ultimo que vi antes de perder totalmente la visión fue un gato que salía tras la sombra.
Un gato, ja ja ja, maldita sugest…