Tengo un lienzo, un lápiz, un borrador y un rostro humano impreso en una hoja de papel. Con estos materiales, plasmaré el rostro que se encuentra en la hoja a una dimensión más grande, al lienzo blanco de setenta por cincuenta centímetros. Después de copiar la imagen de un lugar a otro, hay que comenzar por cerrar los ojos para ver con la visión que ve más allá de lo visible, e imaginar lo que podría ser en un futuro lo que ahora es simplemente el rostro delineado de un ser humano en un plano blanco. Después de salir del mundo de la literalidad, me pongo a pensar en la pregunta que nunca me había hecho, pero la acción siempre había estado presente en mi vida sin estar consciente de ello. ¿Cómo es posible usar la incertidumbre a nuestro favor? Lo primero que pensé fue en la locura, la incertidumbre me lleva a enloquecer porque no sé lo que ocurrirá, y me pongo a imaginar en todas las opciones posibles de una misma situación. No duermo, paro de comer, y cuando llega la hora de la verdad, sucede lo único que nunca se cruzó por mi cabeza al asegurar que estaba preparado para cualquier situación que había visualizado en el pasado. ¡Eso es! Eso es justo lo que la incertidumbre genera en la humanidad. De una pregunta surgen más. La incertidumbre nos sorprende, tal vez de la manera que menos esperábamos, que menos queríamos sobrellevar, pero a raíz de eso surge la esperanza de lo que pasará, porque nos damos cuenta que esos no eran los únicos caminos que existían y hay una infinidad que la incertidumbre nos revela, nunca antes previstos: “El sufrimiento es un motor para continuar”. La incertidumbre nos lleva a mundos que nunca imaginamos posibles, o a la creación de éstos que se pueden manifestar de diferentes maneras, en este caso, a través de un rostro humano plasmado en un lienzo blanco. Decido transformarlo y reflejar que todos somos uno solo, pero en este momento estamos caminando por separado sin acordarnos de que somos seres sociales y necesitamos de los demás. Un ejemplo claro es la naturaleza que se ayuda entre ella. Las aves vuelan en lo alto en manada, unas con otras, los peces nadan en cardúmenes, y los pingüinos se mantienen juntos, siendo símbolo de amor y romanticismo. Este rostro se comienza a despedazar, pero la naturaleza lo mantiene en forma porque es inevitable que se deje separar.