¿Es realmente solo un amor de verano?... Nos conocimos en pleno auge del verano, un beso a escondidas y despistado por el alcohol, pero que recuerdo con mucho cariño y complicidad contigo. Nos conocimos en año nuevo, te conocí un poco aquel día, pues de lo mucho que hablamos, poco recuerdo. Decidí que quería conocerte más, y así fue… Poco a poco, logré conocerte todo lo que pude, en todo el tiempo que tuve, realmente no pude haber sido más feliz en esos momentos que compartíamos, riéndonos, conversando sobre la vida, recordando la graciosa manera de conocernos, y cómo planeábamos seguir con esta loca historia de verano.
Ese último día que te vi, tuve muchos sentimientos encontrados, fue una manera muy acogedora de despedirnos, aunque fue como otro día, igual que los anteriores… Igual de cómodo, divertido, pícaro, y con ese toque de dulzura y cariño terminamos ese corto encuentro con un “adiós, y ten buen viaje”. Fue un sentimiento extraño, pues estaba feliz porque estuve contigo, pero fue triste porque no sabía cuándo podría volver a verte…
Volví a casa, y un sentimiento de tristeza me inundó totalmente, toda la zona del pecho y el estómago. Hablamos y esperaba sintieras la misma tristeza que yo… No porque quisiera verte mal, sino porque tengo la esperanza de que te sientas igual de encariñado, así como yo lo estoy. A veces siento que soy muy importante para ti, a veces siento que soy solamente otra persona más para ti, quiero decirte todo y de todo, aclarar mi mente y terminar con todas estas dudas, pero me da vértigo la idea de que lo que respondas no es lo que yo quisiera.
Ha pasado un mes, y seguirá pasando el tiempo, no sé cuándo pueda volver a verte, mientras dure esto te seguiré escribiendo, con la esperanza de que me respondas igual… Con la misma sonrisa que me mostrabas cuando nos encontrábamos, espero respondas igual mis ansias de que esto no sea solo un sueño, una ilusión… O solamente un amor de verano.