Limpiare mis manos,
Luego de haber lavado las tuyas…
 
Lavare con énfasis mis pies,
Con el agua que me sobre,
Luego de haber lavado los tuyos.
 
Y si parecía ido, o enajenado, que hay?
 
Puede que lo haya sido,
Por el hecho de haber sido constante,
al intentar morar dentro de tu alma.
 
“Odio que hables de mis virtudes,
Y me entristezco cuando hablas de mis defectos…”
 
Mi mayor deseo en toda esta vida,
Seria pasar desapercibido,
Como el viento.
 
Para que nadie tenga jamás,
Que llegar a perder su tiempo,
Hablando cosas de mí.
Y que ningún suspiro sea exclusivo,
Y que nadie maneje mis tiempos…
 
Por si acaso, si aun no entiendes,
Déjame lavar nuevamente tus pies.
 
Que la frescura hable con tu mente,
Que también lo hagas con tu espíritu.
 
Y que en el mejor de los casos, me odies…
Y que en el peor de los casos,
te enamores para siempre de mi.
 
No tan tonto el pibe,
Ni lerdo ni perezoso…
Yo creo que tan solo intento que nos enamoremos.
Puntualmente, cada día, continuamente…
 
Mientras que vaciamos nuestras idiotas vanidades,
En las manos resecas por el silencio…
 
Culpándonos de lo que ambos hacemos,
Pero cada cual al otro,
Sin jamás reparar cada cual en si mismo.